De las tantas fobias que existen, la amaxofobia es una de las más desconocidas. La amaxofobia, o miedo a conducir la padecen, además, más personas de las que imaginamos. De hecho, según la Fundación CEA, un 28% de los conductores tiene miedo a conducir. Pero, ¿cómo se puede superar el miedo a conducir? Continúa leyendo y descubre las causas y algunos consejos para perder el miedo a conducir.
La amaxofobia es la fobia a conducir. El término proviene del griego amaxo (que quiere decir carro o carruaje) y fobia (que significa temor). Sin embargo, las personas que padecen este trastorno de ansiedad no temen al coche en sí, sino que más bien tienen miedo a perder el control mientras conducen. Se trata de un trastorno a sufrir un ataque de pánico durante un trayecto en vehículo.
Normalmente, una persona desarrolla amaxofobia cuando, durante más de 6 meses, evita conducir por miedo. Aunque no exclusivamente, esta fobia a conducir también está relacionada en muchas ocasiones con estados de ansiedad generalizados.
Nadie nace fóbico. Diferentes experiencias, recuerdos o predisposiciones hacen que algunas personas desarrollen miedos. La amaxofobia muchas veces va ligada a experiencias traumáticas al volante. Es común que algunas personas que han sufrido un accidente de tráfico desarrollen amaxofobia. Esos recuerdos tan traumáticos se intensifican cuando se montan en el coche para circular y es ahí donde pueden surgir ataques de pánico por miedo a conducir. Sin embargo, existen terapias que abordan, a partir de esos recuerdos traumáticos, fórmulas para superar el miedo a conducir y paliar estos fuertes ataques de pánico.
Entre las causas de la amaxofobia también se encuentra el miedo a conducir con condiciones climatológicas adversas o con ausencia de luz. También es habitual al conducir por lugares desconocidos o al realizar trayectos no habituales, lo cual deriva en ansiedad en aquellas personas que la padecen habitualmente.
La amaxofobia puede manifestarse de diferentes maneras. Algunas de las más comunes son el incremento de la actividad cardiaca, dolores en el pecho, sudores o mareos. No siempre se experimentan estos síntomas mientras se lleva a cabo la conducción. En ocasiones, el mero hecho de imaginarse dentro de un vehículo provoca que aflore esta fobia.
En cuanto al estado de ánimo, los síntomas de la amaxofobia derivan en pensamientos catastrofistas. Es recurrente imaginar que el vehículo vuelca o colisiona, que el coche sufre una avería en plena autopista o poner a tus seres queridos en peligro durante el trayecto. La baja autoestima, el aislamiento y la ansiedad generalizada también pueden ser síntomas de esta fobia. Además, el miedo a conducir también puede derivar en fuertes ataques de pánico.
Una de las técnicas más eficaces cuando una persona presenta un cuadro de ansiedad en la conducción o ataque de pánico al volante son las técnicas de relajación. El control de la respiración, inhalando y exhalando de manera consciente y rítmica ayudará a mantenerse relajado. También es recomendable alejar los pensamientos negativos y focalizarse en situaciones que resulten reconfortantes a la persona. Prueba con alguna terapia que te indique cómo perder el miedo a conducir. Y, si los ataques de pánico persisten, siempre puedes tomarte más tiempo mientras usas el transporte público hasta comenzar a ver mejoras.
Siempre con ayuda de un profesional, así como las técnicas de relajación, las de exposición progresiva al miedo también han demostrado resultados positivos. Realizar pequeños contactos con el volante o circular durante un tiempo limitado por lugares conocidos pueden ser los primeros pasos para superar la amaxofobia. Si crees que padeces esta fobia, puedes recurrir a la terapia de un especialista para que te oriente sobre cómo perder el miedo a conducir.
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