Con la llegada del invierno y las bajas temperaturas pasamos más tiempo en casa a resguardo del frío, con la calefacción encendida durante muchas horas. Se calcula que los hogares españoles gastan una media de 322,74 euros para calentar la vivienda durante los meses más fríos del año, aunque la factura varía según la zona en la que se resida. De hecho, la calefacción supone tal gasto que representa aproximadamente la mitad del consumo energético total de los hogares en España. A pesar de estos datos, la calefacción es un bien de primera necesidad, y su gestión depende de si eres propietario o inquilino de un piso. ¿Qué ocurre si la caldera del piso en alquiler se avería? ¿Está el propietario obligado a garantizar que funciona el sistema de calefacción? Descubre todo lo que necesitas saber sobre la calefacción si eres propietario o inquilino.
Aunque en España no existe una temporada de calefacción estipulada por ley, sí se precisa que, en caso de tener una instalación de calefacción central, sea la comunidad de propietarios la que decida cuándo encenderla y apagarla. La calefacción centralizada sigue siendo a día de hoy un sistema popular en muchos edificios en España, con aproximadamente 1,7 millones de hogares que utilizan este tipo de instalación. Para favorecer la eficiencia energética, el Ministerio para la Transición Ecológica aprobó una ley que obliga a todos los edificios con este sistema a instalar medidores, de forma que cada hogar pague aquello que realmente consume. Así, el inquilino tendrá la posibilidad de regular el encendido y apagado de su calefacción y no está obligado a asumir los sobrecostes de otros vecinos.
En los meses más fríos una vivienda debe estar a una temperatura óptima entre los 19 y los 21 grados. Por muy agradable que nos resulte estar en manga corta en casa, no debemos abusar de la calefacción y llevar ropa abrigada acorde a la época del año, como calcetines gruesos, pijamas gruesos y sudaderas. De hecho, se calcula que cada grado de más que aumentamos la calefacción equivale a un incremento en el consumo energético de un 7%. Por la noche, una buena manta o colcha nos mantendrá abrigados y podremos dormir cómodamente, por lo que una temperatura entre los 15 y 17 grados será suficiente.
Por otro lado, evita los cambios bruscos de temperatura. Lo ideal es mantener una temperatura constante con ayuda de un termostato, ya que los golpes de calor supondrán un incremento en la factura. Pero ¿qué pasa si las temperaturas suben en pleno invierno durante unos días? Si ya has encendido la calefacción, no deberías apagarla por completo, porque la instalación consume una cantidad considerable de energía para alcanzar la temperatura ambiente óptima.
Por lo tanto, te recomendamos que en los días más cálidos de invierno mantengas la calefacción encendida, pero a una temperatura más baja. Utiliza el termostato para ajustar fácilmente la temperatura y, de este modo, ahorrar en los costes de energía.
Para poder utilizar tu calefacción en los primeros días de frío, debes comprobar con suficiente antelación que la caldera se enciende correctamente. Si haces un mantenimiento periódico evitarás sorpresas desagradables. Si no funciona, hay que avisar al arrendador para que se pueda solucionar antes de la llegada del frío.
Si al comienzo de la temporada de calefacción la instalación hace ruidos extraños, o solo se calienta la parte inferior de los radiadores, es muy probable que se deba a la acumulación de aire en el sistema y que sea necesario purgarlo. Por lo general es un mantenimiento sencillo, aunque el inquilino no está obligado a hacerlo. Si quieres hacerlo, coloca un recipiente debajo de la válvula y utiliza una llave inglesa para abrirla. Mantén la válvula abierta hasta que solo salga agua.
En ocasiones puede suceder que se escape tanta agua que sea necesario rellenar el sistema. Utiliza el manómetro para comprobar si ha bajado la presión como consecuencia de la pérdida de agua.
Calentar tu casa correctamente también significa ventilarla correctamente. Para que no se escape el calor por la ventana, no es necesario mantener abatidas permanentemente las ventanas. Lo más recomendable es ventilar la habitación regularmente y con 10 minutos todos los días será suficiente. Aprovecha a hacerlo en las horas de luz, cuando la temperatura no es demasiado baja, para evitar que se enfríe demasiado la casa.
No solo la calefacción nos ayudará a mantener nuestra casa a una buena temperatura, también hay otras alternativas:
Si en el contrato de arrendamiento se indica que la vivienda tiene calefacción, el propietario debe asegurarse de que funciona durante todo el año. Según la Ley de Arrendamientos, es el arrendador quien deberá asumir los costes de la reparación en caso de avería, siempre y cuando el inquilino no sea el responsable de ese desperfecto. Además, el arrendador no podrá aumentar la cuota mensual para compensar ese gasto extra. A fin de cuentas, se trata de un desperfecto en el objeto de alquiler.
Antes de llamar al servicio técnico de emergencia, es necesario avisar al casero. El arrendador está obligado a contratar cuanto antes a una empresa de calefacción o a un fontanero para resolver el problema. En cuanto al inquilino, está obligado a dejar entrar en la casa a los trabajadores para que reparen los daños.
También los inquilinos tienen obligaciones en este sentido. En primer lugar, no deben dañar los elementos estructurales de la casa. Además, se recomienda que se aseguren de que la casa esté lo suficientemente caliente para que no se congelen las tuberías. Otro consejo es ventilar adecuadamente para evitar la formación de moho. De lo contrario se dañará la vivienda y el arrendador puede reclamar al inquilino una indemnización si se demuestra que lo ha provocado.
Los inquilinos tienen derecho a disfrutar de un sistema de calefacción que funcione si así figura en el contrato de alquiler. En caso de avería, deben informar de ello al arrendador. Solo si este no nos da respuesta se puede llamar a un fontanero para que arregle la avería y luego pedir al propietario que reembolse el coste.
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