¡Es mucho más peligrosa de lo que pensamos! La fatiga al volante reduce la reactividad cuando conducimos y nos expone a grandes riesgos en la carretera. Ni el uso del móvil o el exceso de velocidad… Entre el 20 y 30% de los accidentes de tráfico tienen una causa en el cansancio del conductor.
Pero, ¿sabes qué es aún más peligroso que conducir cansado? No ser consciente cuando tu nivel de alerta comienza a bajar… ¡Para combatir la fatiga al volante es muy importante saber reconocer sus síntomas !
¿Qué es la fatiga al volante exactamente? ¿Cuáles son los síntomas principales de fatiga al volante? ¿En qué medida influye el entorno o el vehículo en el cansancio del conductor? ¡Aprende a identificar la fatiga al volante y descubre cómo prevenir sus efectos!
La fatiga al volante es la reducción de las capacidades y destrezas para conducir producto de haber circulado durante demasiado tiempo. La fatiga al volante se caracteriza por ir surgiendo poco a poco, sin que el conductor sea consciente. Sin embargo, sus consecuencias suponen un riesgo claro para su seguridad.
Aquellas personas que la sufren pierden progresivamente sus capacidades para responder ante situaciones de riesgo. Incluso en los casos más críticos, el conductor podría perder durante varios segundos la atención en la carretera sin darse cuenta.
Aunque una de las causas principales de la fatiga al volante es conducir sin descanso, ¡no es la única! Existen varios factores relacionados tanto al propio conductor, como causas del propio entorno y carretera, incluso relacionados con el vehículo. Conociéndolos podremos combatir la fatiga al volante.¿Quieres descubrirlos? ¡Te contamos todos los detalles!
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En la mayor parte de los casos, la fatiga al volante no tiene una única causa. Tanto es así, que suele coincidir con la confluencia de varios factores de riesgo muy distintos entre sí.
Las causas externas que favorecen su aparición son:
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¿Y qué ocurre con tu propio vehículo? Aunque no lo creas, su estado también puede favorecer la aparición de fatiga al volante.
Y, por supuesto, el estado del conductor también aumenta las posibilidad de sufrirlo.
Si esto ocurre, ¡lo mejor es realizar una parada lo antes posible! En GENERALI ofrecemos una asistencia en carretera que va mucho más allá de las típicas coberturas. Además del servicio de grúa de emergencia, asistencia en caso de accidente o avería, ¡puedes beneficiarte de mucho más! ¿Alguno de los pasajeros no puede continuar con el viaje? ¿Necesitas recibir asistencia médica inmediata? Nuestros expertos en asistencia en carretera operan las 24 horas para ofrecerte la solución ágil y óptima que necesites.
Lo primero que te viene a la cabeza cuando piensas en el impacto que tienen los síntomas de la fatiga en tu conducción es el empeoramiento de tu estado de alerta. Sin embargo, las consecuencias van mucho más allá. Para combatir la fatiga al volante es fundamental que sepas reconocer sus síntomas:
Tu visión podría volverse borrosa. En concreto, perderás capacidad para enfocar si la sufres, reduciendo la agudeza visual. Asimismo, el número de parpadeos por minuto se incrementarán. Esto se debe a que tus ojos comenzarán a resecarse. Incluso tus párpados irán perdiendo fuerza hasta comenzar a cerrarse parcialmente.
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¡Algunos conductores han experimentado ilusiones ópticas al volante o microsueños! Si esto ocurre, los riesgos de sufrir un accidente son muy elevados.
La sensibilidad auditiva podría incrementarse, llegando a reaccionar bruscamente ante un sonido de un claxon o cualquier otro ruido de tu alrededor.
Uno de los síntomas de fatiga al volante más comunes es la aparición de migrañas, especialmente en las sienes. Además, algunos conductores experimentan dolores de espalda y tensión en la nuca. Esto se traduce en constantes movimientos en el asiento con el objetivo de encontrar una postura más cómoda.
También podrías sentir hormigueos, picores o calambres en las extremidades superiores e inferiores. Si es tu caso, ¡sabrás que se trata de claros síntomas de fatiga al volante!
En lo que a los movimientos respecta, estos se volverán mucho más lentos e ineficaces. Comenzarás a perder reactividad y tu capacidad de anticipación se reducirá.
Otros síntomas de fatiga al volante son:
Es posible que empieces a sentir desgana al volante. Esto se traducirá en un menor número de maniobras al volante. Por ejemplo, cuando en una situación normal tenderías a corregir sutilmente la dirección del volante para garantizar una perfecta dirección del vehículo, la fatiga provocará que tardes más en hacerlo o que intentes evitarlo.
Más preocupante aún es el incremento de los riesgos que asumes al volante. Ya sea por comportamientos más reaccionarios, aumentar tu velocidad o realizar una conducción más agresiva.
Otro claro síntoma de fatiga al volante es la irritabilidad del conductor. Podrías tender a impacientarse, realizar conductas más hostiles o incluso increpar a otros conductores.
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¿Te has reconocido en alguno de estos síntomas de fatiga al volante? No te preocupes; es normal. Lo importante es aprender a reconocerlos y plantear planes de acción para evitar que supongan un riesgo para tu seguridad. ¡Así puedes prevenirlos!
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