La mayoría de los conductores no están preparados para afrontar una tormenta de invierno. Saber conducir con nieve implica poner en práctica habilidades durante la conducción como pisar suavemente el acelerador, frenar antes de tomar una curva o mantener la temperatura del interior a 21ºC para evitar que los cristales se empañen. ¡Pero no solo! Contar con un equipamiento especial para conducir con nieve es esencial. En GENERALI te traemos 10 trucos para circular con seguridad incluso en plena tormenta de nieve.
Las condiciones climáticas en España son cada vez más imprevisibles. En cuestión de minutos el cielo nuboso de una fría mañana de invierno puede evolucionar hacia una tormenta de nieve. ¡Y si la nevada te pilla dentro de tu coche, más vale que vayas preparado! Por este motivo, saber conducir con nieve y llevar los accesorios adecuados es fundamental.
El 8% de los accidentes de coche en España se producen porque la calzada está nevada o helada. Y si a esta estadística le sumamos otros factores de riesgo, nos damos cuenta de que conducir con nieve es una actividad de riesgo. Pero, ¿a qué se debe?
Pasados los primeros minutos de tanteo, muchos conductores tienden a relajarse. Conducir con nieve tampoco resulta tan difícil o pensaba que la inestabilidad sería mayor, piensan muchos. Sin embargo, es común que ese envalentonamiento les lleve a pisar el acelerador más de la cuenta o tomar una curva de forma incorrecta. ¡Y es aquí donde pierden el control del vehículo!
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Es probable que lo primero que se te venga a la cabeza cuando piensas en cómo preparar tu vehículo para conducir con nieve sea equiparlo con cadenas o llevar unas mantas extra por si acaso. Pero, ¿habrías caído en todas estas precauciones a tener en cuenta?
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Las cadenas de nieve para coche están diseñadas para mejorar la tracción de las ruedas sobre superficies deslizantes como el hielo o la nieve. Ahora bien, se recomienda no circular por encima de los 50 km/h.
Siempre deben colocarse sobre las ruedas motrices, es decir, aquellas que reciben la fuerza del motor. Si tu coche es de tracción delantera, deberás colocarlas en las dos ruedas de delante. Por el contrario, si cuentas con un vehículo de tracción trasera, deberás instalarlas en las ruedas de detrás. ¿Qué ocurre si tu coche tiene tracción en las cuatro ruedas? En ese caso, puedes colocar cadenas de nieve para coche sobre todas ellas. Ahora bien, se recomienda que revises el manual del vehículo, especialmente si cuentas con un 4×4.
Las cadenas de tela o cadenas de nieve para coches textiles son las más sencillas de colocar. ¡En 10 minutos las puedes tener instaladas! De hecho, ni siquiera son cadenas al uso, sino unas fundas de nailon que se colocan como si fuera un abrigo para las ruedas.
Al contrario de las anteriores, las cadenas de nieve metálicas son las más populares. No obstante, también son las más difíciles de colocar. El primer paso es estirarlas sobre el suelo. Es importante que compruebes que ningún trozo de la cadena queda volteado.
Una vez hecho, desplaza el vehículo unos centímetros para que la rueda pise los eslabones. Deberás terminar de cubrir el neumático con la cadena. Por último, enlaza los enganches con los tensores hasta que todos ellos encajen bien.
✅¡Recueda! Las mejores cadenas de nieve para coche son las metálicas. Sin embargo, su gran inconveniente es que tienden a arañar las llantas del vehículo cuando empiezas a conducir con nieve.
Sigue los consejos del vídeo y aprende a cómo debes conducir con nieve para evitar comprometer tu seguridad, ¡y llegar sin imprevistos a tu destino!
Uno de los momentos más críticos para conducir con nieve es el momento de iniciar la marcha. Si tu coche es manual, es importante que lo hagas con la segunda marcha puesta. Pero, ¿cuál es el motivo? Arrancando en segunda las ruedas recibirán menos potencia, reduciendo así el riesgo de patinar sobre la superficie. Para iniciar la marcha, deberás pisar suavemente el acelerador e ir jugando con el embrague.
Evita circular demasiado rápido. Lo más recomendable es que aceleres con suavidad. Recuerda que, cuantos más gestos hagas durante la conducción, más aumentará el riesgo.
9 de cada 10 accidentes al conducir con nieve se producen en línea recta. Para evitarlos, aumenta considerablemente la distancia de seguridad con el vehículo que tienes delante. Un truco para hacerlo es multiplicar 10 veces la distancia que sueles dejar normalmente.
¿Sabías que puedes frenar también con el motor cuando reduces de marcha? Es recomendable no reducir la velocidad pisando el pedal del freno. O, por lo menos, reducir su uso y hacerlo siempre de forma sutil. Una alternativa es reducir la velocidad con el motor. Para ello, levanta el pie del embrague lo más lento posible cada vez que reduzcas una marcha.
Las pendientes, tanto si las encaras cuesta arriba como si lo haces cuesta abajo, son muy peligrosas. En la medida de lo posible, busca rutas alternativas. Si no fuera posible, trata de frenar lo estrictamente necesario y conducir a velocidades muy bajas.
Tomar curvas aumenta el riesgo de patinar sobre superficies nevadas o heladas. Si vas a conducir con nieve, trata de realizar giros lo más abiertos posibles. Además, antes de coger la curva, comienza a reducir la velocidad del vehículo. De esta forma, conseguirás controlarlo mejor.
La temperatura ideal en el interior del coche para conducir con nieve es de 21ºC. Incluso si eres friolero, por encima de esta temperatura los cristales comenzarán a empañarse. Además, el calor excesivo dentro del vehículo produce somnolencia. ¡Aprende a reconocer los síntomas de fatiga al volante!
Muchos conductores nunca han experimentado un derrape en la carretera. Y, efectivamente, se trata de una sensación de pérdida de control del vehículo muy desagradable. Aun así, lejos de realizar gestos impulsivos y ser víctima del pánico, los expertos recomiendan mantener la calma. Si derrapas, orienta suavemente el vehículo en línea recta. Bajo ningún concepto debes pisar el freno, pues provocarás que el vehículo se deslice por la superficie con un menor control.
Si se desata una tormenta de nieve durante la conducción, es imprescindible que aumentes la visibilidad. No solo para que puedas percibir mejor tu entorno. Enciende las luces de cruce y antiniebla para hacerte más visible de cara al resto de conductores.
Normalmente, la nieve que se acumula en los surcos tiende a compactarse. Esto provoca que sea mucho más deslizante si circulas sobre ella. Evita, por lo tanto, conducir sobre surcos o pequeñas grietas en el asfalto.
La regla número uno si te quedas atrapado en la nieve es permanecer en el interior del vehículo. Es muy importante que mantengas el motor encendido para evitar que la batería se agote. Si tienes oportunidad de desplazarte, trata de realizar la parada en la orilla derecha de la carretera. Además, renueva el aire del interior cada cierto tiempo para evitar que el habitáculo se llene de CO2. Y, por supuesto, contacta con el 112 indicándoles el tramo exacto de carretera en el que te encuentras.
Si hay nieve en la calzada, debes circular a una velocidad baja, evitando pisar el freno. Trata de mantener el volante recto. Si tu vehículo sufre un derrape, mantén la calma y trata de recuperar el control. Además, se recomienda circular con marchas largas, pues favorece la estabilidad del coche.
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