Se calcula que un 20% de la población experimenta cuadros de estrés sin saberlo. Los sufras o no, conviene conocer cómo combatir la ansiedad y cómo controlar un ataque de ansiedad en un momento dado. ¿Cuáles son los síntomas? ¿Se recomienda tomar pastillas para la ansiedad? Consulta esta guía completa para prevenir las crisis de ansiedad.
La ansiedad es un mecanismo de defensa que tiene nuestro cuerpo cuando cree que va a enfrentarse a una situación de esfuerzo o peligro. Se trata de una respuesta para mantener el estado de alerta caracterizada por la tensión y el miedo excesivos.
De hecho, la ansiedad moderada en ocasiones ayuda a mantenernos concentrados para afrontar un determinado reto como una entrevista de trabajo o un examen importante.
Sin embargo, la ansiedad desproporcionada puede acabar provocándonos reacciones más perjudiciales para la salud como un ataque de ansiedad o de pánico. Incluso hay personas que acaban por ir a urgencias por un ataque de ansiedad al causar un fuerte malestar. Por este motivo conviene aprender a calmarlos y saber cómo actuar ante ellos.
El ataque de ansiedad supone un estado de ansiedad descontrolado que dura unos minutos. Aparecen síntomas físicos de angustia y miedo como la falta de aire, palpitaciones o mareos.
Normalmente la manifestación de un ataque o crisis de ansiedad aparece de forma repentina y alcanza su punto álgido muy rápido. De la misma forma, suelen remitir al poco tiempo.
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Durante una crisis, es importante saber diferenciar entre un ataque de ansiedad de un ataque de pánico pues, aunque habitualmente se confunden, tienen causas y reacciones diferentes.
Existen cuatro tipos de trastornos de ansiedad diferentes:
Síntomas de un ataque de ansiedad
Los ataques de ansiedad siguen un patrón de síntomas comunes. No obstante, no siempre son tan evidentes como para identificarlos por lo que debes prestar atención a los matices.
Las personas que lo han vivido lo describen como una sensación de catástrofe que te invade acompañada de problemas para respirar y sentir el corazón latir muy rápido. En ocasiones se siente como una pérdida de control: desordenando elementos de la realidad y actuando con cierta impulsividad.
Desde fuera, una personas que está sufriendo una crisis de ansiedad se la percibe como absorta y pendiente de una preocupación mental que invisibiliza todo aquello que le rodea.
Algunos expertos sostienen que una forma de saber si tienes un ataque de ansiedad es cuando experimentas, al menos, 4 de las siguientes señales:
Aun así, el autodiagnóstico debería ser siempre tu último recurso. La mejor forma de saber si tienes ansiedad es acudiendo a un especialista. En GENERALI nos tomamos muy en serio la salud mental, por eso hemos diseñado nuestros Seguros de Decesos con todas las coberturas en caso de fallecimiento o invalidez, pero también con la opción de incluir servicios enfocados al cuidado personal, como el servicio de Asistencia Familiar, con 5 sesiones telefónicas gratis con psicólogos expertos. Consúltanos sin compromiso.
Se suele decir que las crisis de ansiedad pueden ser multifactoriales; es decir, que pueden tener varios orígenes. Las crisis de ansiedad normalmente se producen cuando una persona está sometida a un estrés de manera sostenida en el tiempo. Cuando una persona vive situaciones de mucha liberación de cortisol incrementa las probabilidades de sufrir una crisis de ansiedad.
Elementos como la falta de sueño también predisponen a sufrirlos. El aislamiento social o una vida de hábitos muy desordenados también pueden conducir a vivirlos, así como el consumo de algunos medicamentos, drogas o excesiva cafeína. Estos últimos tienen un ingrediente emocional.
Por supuesto, tampoco debemos olvidar las situaciones que provocan nerviosismo en la persona como hablar en público, tener que afrontar un examen importante o presentar problemas económicos.
Todas las crisis de ansiedad pueden tratar de neutralizarse cuando se actúa al instante. ¿Cómo controlar un ataque de ansiedad? Aquí van 6 consejos que puedes llevar a cabo en cuanto sientas los primeros síntomas de ansiedad.
Concéntrate en la respiración. Una técnica de relajación consiste en contar despacio hasta 10 y marcando bien cada número con inhalaciones y exhalaciones.
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Recuerda que toda crisis de ansiedad viene acompañada de unas reacciones físicas que generan malestar. Sin embargo, ninguna de ellas anticipa la muerte ni tampoco son la antesala de un infarto. Se trata solo de síntomas que desaparecen pasados unos minutos.
Si puedes, siéntate o incluso túmbate. Se recomienda tratar de encontrar una postura que fomente la relajación muscular y mental.
Las manifestaciones físicas irán remitiendo poco a poco. Trata de pensar en cómo vas mejorando, te ayudará a recobrar la tranquilidad.
Los elementos que te rodean pueden estar desencadenando el ataque de ansiedad. Cierra los ojos para evitar que cualquier estímulo te siga abrumando. Además, te ayudará a controlar mejor la respiración.
Una forma de controlar un ataque de ansiedad es repetirte a ti mismo una frase que te ayude a tranquilizarte. Ya sea “esto va a pasar” o “todo está bien”. Vale cualquier frase que te sirva para aferrarte a un elemento tranquilizador.
Prevenir las crisis de ansiedad es sinónimo de combatir ese nerviosismo que te invade. Aunque no existe un tratamiento inmediato, sí puedes aplicar una serie de mejoras en tu rutina para calmarla.
Debes dormir, al menos, 7 horas todos los días aunque los expertos recomiendan descansar durante 8. Además, conviene cuidar la calidad del sueño para conseguir alcanzar un descanso reparador por la noche.
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Una dieta equilibrada también proporciona a tu organismo las vitaminas y minerales adecuados para combatir mejor los estímulos negativos. Además, trata de incluir algunos alimentos para combatir la ansiedad como:
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Otra forma de calmar la ansiedad es organizando las tareas que vas a afrontar a lo largo del día. Seguir una planificación contribuirá a mantener los niveles de estrés más bajos. La rutina contrarresta la sensación de incertidumbre y supone una guía para ti.
Trata de evitar tomar café o bebidas energéticas. Son un potenciador de tu nerviosismo. Para ello, sustitúyelas por té matcha. Contiene teína para ayudarte a despertar por las mañanas, pero no traslada esa ansiedad en el sistema nervioso que sí provoca el café.
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El ejercicio físico reduce los niveles de estrés y ayuda a prevenir las crisis de ansiedad. Practícalo tres veces por semana durante sesiones de 50 minutos.
Plasma en un papel lo que está pasando por tu cabeza. Es una manera de poner palabras a sensaciones que muchas veces no conseguimos identificar. Verbalizar cómo te sientes es el primer paso para identificar aquello que te provoca ataques de ansiedad.
Muchas veces infravaloramos el poder de nuestra mente. El mindfulness es una disciplina de meditación capaz de fortalecer la concentración y la capacidad de uno mismo para controlar su mente. Aquí van algunos consejos para iniciarte en mindfulness.
Adicionalmente a las técnicas para combatirla existen algunos medicamentos para la ansiedad. Recuerda que siempre debes seguir la recomendación de un experto.
Estos tratamientos contribuyen a reducir el nerviosismo y no necesitarás receta para adquirirlos en cualquier farmacia.
Para casos severos, un profesional podrá recetar pastillas para la ansiedad. Estos son algunos ejemplos comúnmente recetados:
Si sufres un ataque de ansiedad debes dejar aquello que estés haciendo en ese momento, cerrar los ojos y concentrarte en unos ejercicios de relajación con la respiración.
Para calmar un ataque de ansiedad mientras estás durmiendo incorpórate sentado en la cama, coloca tu mano sobre el pecho y presta atención a cómo tus pulmones se llenan y vacían de aire.
Un ataque de ansiedad puede durar una hora, aunque los síntomas físicos más intensos se concentran en un paréntesis máximo de 15 minutos. Suelen surgir y remitir de forma acelerada.
Un ataque de ansiedad por sí mismo no tiene capacidad de matar aunque la sensación de ahogo o terror sea muy fuerte.
Si notas que los síntomas de la crisis de ansiedad no remiten y sientes malestar, conviene que vayas a urgencias para que un experto pueda examinar tu estado de salud.
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