Desde las acogedoras noches en casa acurrucados bajo la manta hasta la alegría y felicidad de la Navidad… Los meses de invierno son una época que esperamos con ganas. Sin embargo, esta estación también presenta una serie de peligros que debes saber.
Para cuidar a tu perro en invierno con el frío es importante ser consciente de los riesgos y adaptar su estilo de vida y su rutina en consecuencia. En este artículo, la Dra. Cristina Diaz-Madronero, veterinaria y autora de The New Pet Parent, nos habla de seis riesgos invernales comunes a los que hay que prestar atención y nos da los mejores consejos para que tu perrete esté sano y feliz.
Igual que los humanos necesitan ayuda para mantener el calor cuando las temperaturas son más frías, algunos perros también necesitan que le echen una mano, sobre todo porque «la hipotermia puede afectar a cualquier perro», revela Díaz-Madronero.
Pero antes de envolver al tuyo en un abrigo de franela grueso, ten en cuenta algunos factores.
El primero es la densidad del pelaje de tu perro. Los pelajes más densos de razas como los pastores alemanes y los huskies permiten conservar mejor el calor. Por el contrario aquellos más finos de los yorkshires y los chihuahuas facilitan la pérdida de calor, por lo que es más probable que sientan frío.
La edad y la salud son otros dos elementos que se deben tener en cuenta. «Si son jóvenes o muy viejos, probablemente su cuerpo no sea capaz de regular la temperatura de una forma tan eficiente», añade Díaz-Madronero. Esto también ocurre con los perros que están enfermos.
Los fuertes estruendos y los brillantes destellos de los fuegos artificiales, que suelen lanzarse durante las noches en fiestas navideñas, pueden ser muy traumáticos para los perros. Por suerte, tienes muchas opciones para ayudarles a sentirse relajados y seguros.
Por ejemplo, para cuidar a tu perro en invierno de los ruidos puedes cerrar las cortinas para bloquear la luz y el sonido, poner música suave a un volumen más alto para atenuar parte del ruido. También puedes colocar mantas en su camita para crear una cueva acogedora y sacarlos a dar un paseo o a hacer sus necesidades antes para que no estén expuestos a ruidos y luces.
Algunos perros son especialmente miedosos y corren más riesgo de escapar huyendo del bullicio y fuegos artificiales. Por eso es tan importante contar siempre con un seguro de responsabilidad civil. Recuerda que como dueño de tu perro, eres el máximo responsable de sus comportamientos y con nuestros seguros multirriesgo del hogar tienes coberturas de responsabilidad civil para protegeros.
«Si el problema es muy grave, recomiendo a los dueños que acudan al veterinario unos días antes para que les dé algún medicamento que ayude a los perros a mantener la calma«, sugiere Díaz-Madronero. «También puedes probar con Pet Remedy o con una feromona canina apaciguadora llamada DAP».
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En el invierno florece una gran cantidad de plantas, pero muchas de ellas son tóxicas para los perros. Algunas de las más peligrosas son el acebo, el muérdago, la flor de Pascua y el amarilis. Pero ¿cómo podemos saber si nuestro perro se ha comido alguna?
Los síntomas más comunes son: micción excesiva, babeo, vómitos, debilidad y diarrea. Díaz-Madronero señala también que la gravedad probablemente dependa del tamaño del perro y de la cantidad que haya ingerido. «Si un pastor alemán de 50 kilos se come una sola hoja de acebo, seguro que no será tan grave como si lo hace un chihuahua pequeño». Sin embargo, sea cual sea el tamaño del perro y la cantidad que haya ingerido, siempre hay que acudir al veterinario para que nos aconseje y lo examine.
Asimismo, ten cuidado con la alimentación de tu perro durante las fiestas. El personal del Hospital Veterinario Constitución nos recuerda que “lamentablemente, para los animales no es fiesta, y hay que mantenerse firme en determinadas situaciones: nada de chocolate, gominolas, alcohol, pasas, uvas, levadura o nueces de macadamia”. Si se consumen en grandes cantidades, tu perro podría intoxicarse y tendríamos que ir corriendo al veterinario en lugar de pasar una agradable velada.
Si vives en una zona fría, en el invierno será habitual que los paseos se hagan sobre la nieve. En estas circunstancias, se pueden acumular pequeñas bolas de hielo entre los dedos de las patas y dificultar su desplazamiento o incluso producir erosiones. El Hospital Veterinario Constitución nos recuerda que “dicha zona se debe revisar y limpiar mientras dure el paseo e igualmente, al llegar a casa, secarla cuidadosamente”.
Un exceso de pelo entre los dedos puede hacer que se acumule más hielo, por lo que conviene que estén siempre bien recortados. Aprovecha que la Navidad es época de regalar: ¿qué tal si le compras unas botas de nieve a tu mascota para protegerla del hielo?
Y no solo la nieve supone un problema en invierno. Aunque la gravilla puede ayudaros a tu perro y a ti a no resbalar en las aceras mojadas o heladas, el diminuto tamaño de esta sustancia salada hace que puede atascarse fácilmente en las almohadillas de las patas de tu perro y causarle dolor e irritación. Afortunadamente, este problema tiene fácil solución:
«Basta con lavarles las patas al llegar a casa con un cubo de agua y un paño», aconseja Díaz-Madronero. Pero procura que el agua no esté demasiado caliente, ya que «no deben pasar de tener las patas congeladas a aplicar agua muy caliente».
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Los días más cortos del invierno hacen que los paseos se desarrollen a menudo en condiciones de oscuridad, por lo que es fundamental asegurarse de que tanto tú como los demás podáis ver bien al perro y así evitar accidentes. Además, como señala Díaz-Madronero, cuentas con muchas formas de mantenerlos visibles.
«Igual que se pueden comprar chalecos reflectantes para las personas, puedes comprar algo similar para los perros», afirma. «Los abrigos de invierno también suelen incluir piezas reflectantes«. Si a tu perro no le gusta llevar accesorios grandes, puedes comprar collares con tiras reflectantes o luces colgantes que se colocan y se quitan fácilmente.
Además, señala Díaz-Madronero: «Conviene tener una correa con algo reflectante y que el dueño lleve también algún tipo de equipamiento reflectante. Si la oscuridad es total, ¡puede que veas al perro pero no a la persona que lo lleva»!
Dependemos en él para mantener los coches a punto cuando hace frío, pero el anticongelante contiene sustancias químicas muy venenosas para los perros. «El anticongelante puede matar a un perro en entre 24 y 48 horas y provocarle un fallo renal prácticamente instantáneo», explica Díaz-Madronero.
Por desgracia, a menudo el daño se produce antes de que empiecen a aparecer los síntomas, pero hay que estar atentos a «cualquier babeo, que es un signo muy típico de intoxicación, o a cualquier comportamiento que no parezca normal, como beber mucha agua u orinar en exceso», añade.
Si tu perro bebe anticongelante, o si sospechas que lo ha hecho, llama inmediatamente al veterinario. Además, es importante adoptar medidas para evitar que esto ocurra: asegúrate de que no haya fugas en el coche o en el envase, y procura guardarlo en un lugar seguro al que tu perro no pueda acceder.
Conociendo los riesgos, no hay motivo para que tu perro y tú no podáis pasar juntos un invierno sano y feliz, y esperamos que vengan muchos más.
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