El mal tiempo nunca es una buena noticia en la carretera: ya sea en forma de tormenta eléctrica, lluvia intensa o inundaciones. Tanto si te desplazas al trabajo como si vas a visitar a unos amigos, conducir con lluvia es algo que debes tomarte con seriedad.
¿Sabías que el riesgo de sufrir un accidente aumenta un 70% cuando llueve? El asfalto mojado, la mala visibilidad o las superficies resbaladizas podrían provocar que pierdas el control del vehículo. ¡Echa un vistazo a estos trucos para circular cuando llueve!
Es posible que lo hayas hecho en multitud de ocasiones. Aun así, conducir con lluvia somete al vehículo y al conductor a un examen de reflejos continuos. En primer lugar, la lluvia provoca una reducción de visibilidad: tanto de la luz ambiental como la visibilidad del horizonte.
Además, pocos saben que la lluvia también distorsiona el entorno visual. Es capaz de filtrar la luz de los faros para generar reflejos o cambiar la percepción que tienes de ciertas superficies. Y no solo. El agua reduce el contraste entre los objetos y el fondo, por lo que altera tu sensación de distancia.
Otro riesgo al conducir con lluvia es el aquaplaning. Se trata de un fenómeno que surge cuando el neumático no es capaz de expulsar el agua del asfalto para mantenerse adherido a la carretera. Cuando sucede, se puede perder el control del vehículo.
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¿Está lloviendo y debes coger el coche? Te contamos qué tipo de conducción debes aplicar y cómo preparar tu vehículo para ello.
Planificar con antelación es fundamental a la hora de conducir de forma segura bajo la lluvia. Consulta la previsión meteorológica antes de salir a la carretera y cómo afectará a tu ruta. Opta por acudir a fuentes fiables como la AEMET o Meteoblue.
Cuando el asfalto está mojado, las líneas blancas que delimitan los carriles suelen estar resbaladizas, especialmente para las motos. Trata de pisarlas lo menos posible evitando cambiarte de carril. Si te ves obligado a hacerlo, recuerda reducir suavemente la velocidad.
Lo mismo ocurre con las alcantarillas. Dado que suelen estar fabricadas de metal, tus neumáticos patinarán en contacto con el agua.
Una vez en la carretera, intenta adaptar tu estilo de conducción. Hasta los conductores más experimentados pueden verse sorprendidos por una tormenta. Conduce siempre con prudencia y sin superar el límite de velocidad.
Además, mantén siempre la distancia de seguridad con otros vehículos. Con ello conseguirás esquivar el “efecto spray”, producido cuando las ruedas de otro vehículo espolvorean agua del suelo reduciendo la visibilidad de tu parabrisas.
Recuerda aplicar una conducción suave y sin volantazos. Los giros abruptos podrían producir una falta de tracción y acabar así perdiendo el control del vehículo.
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¿Sabías que conducir con marchas largas fomentará la adherencia de los neumáticos al asfalto? Por el contrario, hacerlo con marchas cortas aumenta el riesgo de que tu coche derrape sobre la superficie mojada.
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En caso de lluvia y mal tiempo en general, uno de los principales peligros para conducir es la reducción de la visibilidad. Asegúrate de que las lunas y los faros estén limpios, que las luces funcionen y que el sistema de ventilación no esté obstruido.
Tomar las curvas de fuera hacia dentro es un buen consejo de seguridad para conducir con lluvia, aunque también puedes ponerlo en práctica con el asfalto mojado.
En el momento de encarar una curva, hazlo de forma lenta desde el exterior y acelera progresivamente mientras la vas tomando por el interior. El resultado será una mayor adherencia.
¡Es típico de un día lluvioso! El vaho te impedirá visualizar la carretera poniendo en peligro tu conducción. Para combatirlo de forma efectiva enciende el aire acondicionado entre 20º y 21º, a máxima potencia. Recuerda colocar la corriente de aire sobre el parabrisas.
Pocas personas conocen el peligro real de circular por encima de los charcos. Sin embargo, ¡nunca sabes si hay una piedra, palo u objeto peligroso bajo el agua! Trata de esquivarlos si conduces con lluvia.
Su trayectoria hará que parte del agua acumulada en el asfalto se retire gracias a las hendiduras de los neumáticos. Un truco para evitar el aquaplaning es seguir la estela que dejan sus ruedas.
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El estrés y las prisas por llegar pueden afectar a la seguridad con la que conduces. Dentro del coche, evita cualquier distracción: las conversaciones entre viajeros, la radio o el uso del móvil.
Además, merece la pena que prepares el vehículo antes de conducir con lluvia:
Por último, si hace muy mal tiempo, piensa si el viaje es absolutamente necesario: ¿puedes esperar a que el tiempo mejore? Dar prioridad a tu seguridad es siempre lo más importante.
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