Casarse o el simple hecho de prepararte para irte a vivir con tu pareja no es solo un gran paso emocional. También das un gran y aterrador paso al mundo de las finanzas compartidas. Pero eso puede ser genial, siempre y cuando te ciñas a estos dos términos: sinceridad y organización.
Si sabes lo que va a suceder en el futuro, lo primero que tenéis que hacer es sentaros y hablar de vuestra situación financiera por separado y cómo pueden unirse. Si os vais a casar, ¡pagar los gastos de la boda es una oportunidad excelente para la puesta a prueba! En cualquier caso, con sinceridad nos referimos a exponer por completo los ingresos, los gastos y las deudas.
La organización comienza con el presupuesto. ¿Tendréis gastos separados además de un gasto conjunto? ¿Para qué usaréis las cuentas conjuntas en lugar de usar las cuentas separadas? Algunas parejas prefieren unirlo todo, mientras que otras prefieren tener cuentas separadas para sus gastos y ahorros personales.
No hay una respuesta correcta o incorrecta, pero asegúrate de hablarlo, tomar decisiones juntos y estar preparados para realizar los ajustes necesarios.
Gran parte del presupuesto conjunto son los objetivos de ahorro conjunto. Y eso implica sinceridad sobre lo que uno quiere en el futuro. Por ejemplo, si queréis redecorar la casa, comprar un coche o ir de vacaciones juntos. Para cualquiera de estas compras, tendréis que calcular cuánto dinero tenéis que poner y trabajar en ese presupuesto conjunto.
También es importante ser sinceros y organizados sobre cómo y cuándo gastáis dinero del dinero conjunto. No saldrá bien si hacéis compras, grandes sobre todo, y no lo habéis hablado o no se lo dices a la otra parte. Así que acordad algunas reglas básicas para aseguraros de que siempre estéis en sintonía y que todo quede registrado en el presupuesto conjunto.
Lo mejor de unas finanzas conjuntas son los gastos conjuntos, donde podéis ahorrar un montón de dinero. Pero para sacarle el máximo provecho, os lo tenéis que cuestionar todo. ¿Necesitáis cuentas de Netflix independientes? ¿Podéis pagar un acceso conjunto al gimnasio? ¿Cómo haréis la compra juntos?
También hay un montón de cosas, como los muebles, que tendréis por duplicado cuando os mudéis juntos. Podéis ganar mucho dinero si vendéis los muebles en internet. Prestad atención sobre todo a los artículos de gran valor. ¡Si no necesitáis dos coches, será una buena manera de comenzar a ahorrar para la próxima gran compra conjunta!
Los seguros es otro tema en el que centrarse. Muchos tipos de pólizas pueden ser conjuntas, por lo que aseguraos de revisarlas todas para ver cuáles pueden serlo. Dicho esto, tu nuevo estado como recién casado o inquilino puede que implique contratar nuevas pólizas, como seguros de salud, de vida o de hogar. Asegúrate de hablar qué tipo de cobertura necesitáis y comprobad que estéis preparados y protegidos contra cualquier eventualidad. Además, es importante revisar quienes son los beneficiarios de las distintas pólizas.
Por último, tened cuidado con el estilo de vida. Aquí es donde los lujos se convierten en necesidades a medida que los ingresos disponibles crecen, lo que suele suceder al unir las finanzas. Aunque no es nada malo gastar el dinero que tanto os ha costado ganar, el exceso de indulgencia puede reducir los ahorros del presupuesto conjunto. Esto hará que no podáis conseguir los objetivos de ahorros y tendréis que estirar innecesariamente el presupuesto. Por lo tanto, sed conscientes de lo que decidís aportar a la vida en común, preguntaos si realmente aportará algo de valor y, si es así, si ese valor se corresponde con el precio de la etiqueta.
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