Lograr una productividad laboral óptima es un tema siempre de actualidad para empleados y empleadores. Ser productivo no solo está vinculado a lo que hacemos en la oficina. Todo, desde cómo empiezas el día hasta cómo organizas tu espacio de trabajo, puede marcar una gran diferencia.
¿Quieres saber cómo hacer los cambios necesarios para optimizar tu productividad en el trabajo? Es más sencillo de lo que imaginas. Sigue leyendo para saber cómo puedes maximizar tu rendimiento en un tiempo récord con un horario diario recomendado que te ayudará a sacar el máximo provecho al día.
Dormir entre 7 y 9 horas es esencial para obtener la energía necesaria para afrontar el día, así que descarga una app como Sleep Cycle y pon el despertador para que te despierte en el mejor punto de tu ciclo de sueño. Vete a dormir pronto para garantizar el sueño necesario y no utilices ningún dispositivo que emita luz azul durante al menos dos horas antes de acostarte.
Toma un desayuno equilibrado y prueba a añadir una sesión de ejercicios de 20 minutos a tu rutina matutina antes de ir al trabajo. No solo aumentará tus endorfinas y acelerará tu metabolismo, sino que te ayudará a empezar el día con la mentalidad adecuada para conquistar tus objetivos.
De camino al trabajo, ¿por qué no escuchar podcasts sobre productividad para conocer algunos trucos o utilizar este tiempo para revisar las noticias y los avances recientes en tu campo?
Cuando llegues al trabajo, asegúrate de que tu escritorio y tu espacio de trabajo estén tan optimizados como sea posible para un trabajo tranquilo y productivo. Para ello, mantén el orden y la temperatura ambiente, y asegúrate de contar con una buena iluminación.
Crea un plan detallado para el día, organizando tus tareas de las más a las menos urgentes, y desglósalas en pequeños objetivos factibles que se puedan completar en 30 minutos o menos con descansos breves (de un máximo de 5 minutos) entre ellas. Para elaborar listas a las que puedas acceder en todos tus dispositivos y que sean fáciles de modificar, prueba una app como Trello o Todoist. No te olvides de planificar descansos en lugar de crear una agenda apretada que sea imposible de mantener.
Si te cuesta resistirte a las distracciones como las redes sociales, desactiva las notificaciones o instala una app de bloqueo en tu teléfono para limitar el acceso a determinados sitios durante un período establecido. Incluso las interrupciones propias del trabajo como el correo o Whatsapp pueden afectar a tu flujo de trabajo, así que háblalo con tu equipo y elegid el mejor canal de comunicación para no tener que estar consultando varios continuamente. Esto no significa que tengas que limitarte a solo uno, sino que pueden tener distintas funciones: el correo para comunicaciones más largas que no sean urgentes y Whatsapp para cosas que requieran una atención inmediata.
Un almuerzo en condiciones pueden ayudarte a volver al trabajo con las pilas cargadas. Además de disfrutar de un almuerzo equilibrado, utiliza este tiempo para una recuperación activa, pasando tiempo fuera de tu mesa y dando un paseo breve o hablando con tus compañeros.
Combate el bajón de la tarde escuchando música (sin molestar a los demás y sin aislarte por ejemplo de una llamada telefónica. Se ha demostrado que aumenta la productividad al mejorar la actividad cerebral (lo que se conoce como «Efecto Mozart»). Crea una lista de reproducción estimulante que puedas poner por la tarde para abordar las últimas tareas del día.
Termina el día revisando las tareas que has completado y tomando nota de las que debes realizar en la lista de tareas pendientes de mañana. Tómate tu tiempo para reflexionar sobre tus logros y éxitos, pensando también en formas de mejorar tu productividad al día siguiente.
Sal de la oficina con suficiente tiempo por delante para disfrutar de la tarde lejos del trabajo y, si es posible, mantente alejado del correo electrónico hasta la mañana siguiente para poder relajarte y desestresarte antes de otro ajetreado día productivo.
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