Lejos de lo que muchas madres y padres puedan creer, las altas capacidades no siempre son fáciles de reconocer. De hecho, el comportamiento de los niños con altas capacidades en ocasiones puede llegar a confundirse con trastornos de déficit de atención, problemas relacionales o incluso con conductas impertinentes hacia los profesores.
Reconocer las características de niños con altas capacidades favorecerá un diagnóstico precoz y facilitará el entendimiento del niño con su entorno.
¿Tienes sospechas? Te contamos cómo saber si tu hijo tiene altas capacidades.
Las altas capacidades son una característica inherente a la persona que le permite tener una elevada capacidad de rendimiento. Las personas con altas capacidades suelen expresar una precocidad intelectual desde que son pequeñas. Además, presentan talentos que les permiten destacar en determinadas áreas intelectuales, creativas o artísticas.
Se considera que el 2% de la población presenta una alta capacidad intelectual. Según datos del curso 2019-2020 del Ministerio de Educación, en España hay algo más de 39.000 niños con altas capacidades. Esto quiere decir que, si atendemos a este 2%, habría más de 125.000 niños escolarizados que no han sido diagnosticados y tampoco estarían recibiendo un apoyo educativo específico.
Es importante tener en cuenta que las altas capacidades no implican un alto rendimiento en todas las materias escolares. De hecho, cada vez más profesionales hablan de talentos en áreas concretas. Un niño con altas capacidades podría presentar muchas facilidades lingüísticas o creativas, y a su vez, no destacar en matemáticas.
Ahora bien, lo que sí es evidente es que las altas capacidades se deben potenciar. El acompañamiento de los padres y profesionales es vital para potenciar su talento y que el niño se desarrolle siendo feliz. No hacerlo podría suponer todo un desafío para los padres y acabar afectando anímica y escolarmente al pequeño.
AACC son las siglas para referirse a las altas capacidades. Para las personas que las presentan, significa que tienen una mayor capacidad de rendimiento. Esto les permite sobresalir en distintas áreas académicas y de liderazgo.
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¡No cometas el error! El concepto de la superdotación es ya una aproximación en desuso. Hace muchos años que ya no se habla de niños superdotados cuando superan el test de inteligencia con un cociente intelectual superior a 130.
Los mal llamados niños superdotados son en realidad personas que presentan capacidades intelectuales que no son homogéneas. Unos son especialmente hábiles en lógica. Otros cuentan con una creatividad desbordante. De ahí que se hable de inteligencias múltiples o talentos, y no de niños superdotados.
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Aunque no tienen por qué darse todas ellas, estas con las características de los niños con altas capacidades más comunes:
Capacidad de aprendizaje mayor que el resto de los niños de su clase. Como hemos mencionado, no tiene por qué ser lineal. El niño puede destacar en algunas áreas, y presentar serias dificultades en otras.
Elevado nivel de perseverancia e implicación en aquellas tareas de su interés.
Alta creatividad e imaginación.
Desarrollo del lenguaje precoz y más rico.
Un predominio de un pensamiento lógico. Esto no quiere decir que sea ordenado y fácil de interpretar. Aun así, los razonamientos les permiten llegar rápidamente a conclusiones aplicando la comparación, el análisis o la abstracción.
Aprendizaje en autonomía. Los niños con altas capacidades suelen entender todo más rápido y muchas veces no requieren de un excesivo acompañamiento de un adulto.
Gran capacidad de concentración. Especialmente en los temas que les interesan. ¡Incluso hasta sentirse abstraídos!
Los dibujos de niños con altas capacidades suelen destacar por su realismo. En ocasiones, tienden a incluir simbología y razonamientos achacables a niños más mayores.
La hipersensibilidad es otra de las características de los niños con altas capacidades. Algunos se pueden mostrar emocionalmente intensos.
Hobbies e intereses muy variados.
Asincronía entre lo mental y lo emocional. Esto provoca que algunos adultos confundan actitudes de inmadurez emocional con menor capacidad intelectual.
Elevada autoexigencia.
✅ ¡Importante! Contar ciertas facilidades en el aprendizaje no implica que podamos desatender sus necesidades de desarrollo intelectual. Los niños con altas capacidades también necesitan un acompañamiento de profesionales y el apoyo de sus padres.
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A la hora de diagnosticar, el comportamiento de los niños con altas capacidades puede ser clave. Tal y como ocurre con las características, no todos reaccionan de la misma forma. Aunque sí existen algunos patrones comunes.
En general, este tipo de niños suelen presentar un espíritu crítico. Es común que tiendan a cuestionar afirmaciones o realidades de su entorno. Disfrutan indagando en aquellos temas de su interés. No obstante, en ocasiones pueden pasar por personas soberbias o impertinentes a ojos de algunos profesores u otros adultos.
Se sienten especialmente atraídos por temas abstractos y trascendentes. La astronomía, el origen del universo o la vida tras la muerte son ejemplos de conversaciones que podrían plantear a sus padres a edades muy tempranas.
Pueden llegar a tener actitudes obsesivas con aquellos temas que les interesan. Desde devorar una enciclopedia repleta de términos, leer varias veces el mismo manual de historia o repetir sin fin una partitura musical. Además, otro rasgo del comportamiento de niños con altas capacidades es que son curiosos y observadores.
¡Quizás lo hayas notado! Los niños con altas capacidades disfrutan de la interacción con personas más mayores. En ocasiones, sienten que los niños de su misma edad no les ofrecen relaciones de interés. Es común que tienda a entablar conversaciones con otros adultos. Además, muchos de ellos tienen un espíritu de líderes.
✅ ¡Ten en cuenta! Algunos niños con altas capacidades no obedecen como a sus profesores y padres les gustaría. También pueden presentar facilidades para el aburrimiento. Si esto ocurre, es importante ponerlo en manos de un especialista con el objetivo de trabajar para reconducir su interés académico.
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Hasta los seis años es difícil saber si un niño tiene altas capacidades. Sin embargo, a partir de los dos años habrá conductas que puedan darte indicios, como empezar a hablar muy pronto o razonar con cierta rapidez. Es recomendable acudir a un especialista y poner tus inquietudes en manos del equipo docente si quieres saber si tu hijo tiene altas capacidades.
Si tu hijo tiene altas capacidades, es importante que puedas ofrecerle alguna forma de alimentar sus inquietudes e intereses. Permítele que sea activos o que haga todo tipo de preguntas y fomenta su aprendizaje. Es aconsejable que les ayudes a adquirir hábitos de estudio. Y, sobre todo, ¡sé paciente! No lo vivas como un problema, sino como una parte más de su personalidad.
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Es posible que los niños con altas capacidades duerman un número de horas menor que otros niños de su edad. En ocasiones, pueden tener dificultades para conciliar el sueño o para mantenerlo. Es común que las siestas sean más cortas y duren entre 15 y 20 minutos solamente.
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