Según Albert Einstein, “la creatividad es la inteligencia divirtiéndose”. La imaginación es una habilidad clave en el desarrollo de los niños. Conviene estimularla desde que son bien pequeños pues son muchos los beneficios. Desde un punto de vista neuronal, fomenta el desarrollo de su cerebro.
Además, contribuye a la madurez del niño, mejora su capacidad para expresarse y le permitirá encontrar soluciones creativas a problemas complejos. Pero, ¿es posible realmente estimular su imaginación? Descubre los distintos tipos y cómo trabajarla.
Qué es la imaginación
Podemos definir imaginación como la capacidad mental de una persona para crear historias, imágenes e ideas que no existen o, por lo menos, que no están presentes.
Se trata de una cualidad innata en el ser humano hasta el punto que es un elemento que nos diferencia del resto de seres vivos. Ahora bien, existen personas que tienen una imaginación más desarrollada que otras.
La imaginación puede evolucionar en otras habilidades como la creatividad o la resolución de problemas, todas ellas útiles en el día a día. Por ello resulta tan importante estimularla desde que son pequeños.
Lo cierto es que la imaginación juega un papel determinante durante el desarrollo madurativo de los niños. Alcanza su pico máximo de desempeño entre los 2 a los 7 años, etapa donde los pequeños dan rienda suelta a su mente.
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Etapas de la imaginación en niños
Podemos distinguir distintas etapas de imaginación según su funcionamiento a medida que un niño se desarrolla.
- Etapa de modelaje: entre 1 y 3 años. Su imaginación les faculta para imitar comportamientos que observan de los adultos que tratan de imitar. Descubre los mejores ejercicios de estimulación temprana para bebés.
- Etapa de animismo: de los 3 a los 6 años. Comienzan a generar representaciones simbólicas de objetos a los que se les otorgan rasgos humanos. Empiezan a ser capaces de crear historias ficticias basadas en componentes que han extraído de la realidad.
- Etapa de la abstracción: entre los 6 a los 12 años. No les hace falta recurrir a objetos de la realidad para dar forma a su imaginación. A esta edad son capaces de inventar historias complejas usando únicamente el lenguaje. Por ejemplo: pueden hipotetizar (o predecir) el desenlace de una situación sin necesidad de recurrir a un objeto material.
✅Recuerda: las actividades para estimular la imaginación de un niño deben estar adaptadas a la etapa concreta en la que se encuentra.
Beneficios de estimular la imaginación en niños
Impulsar la imaginación de nuestros hijos tiene un impacto positivo. Estos son todos los beneficios para ellos.
Mejora las habilidades sociales
Sirve como herramienta para afrontar situaciones sociales y cómo resolverlas. Contribuye a que forjen interacciones sociales más cercanas.
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Conforma su personalidad
A través de la imaginación los niños son capaces de ampliar sus esquemas mentales, favoreciendo que indaguen acerca de sus intereses, gustos o aptitudes. Gracias a ella comienzan a dar forma al autoconcepto de ellos mismos.
Da rienda suelta a su creatividad
El poder de la imaginación está íntimamente ligado con la creatividad, que se puede practicar a través de la pintura, la escritura, el arte de la música o siendo capaz de contar historias.
Favorece el aprendizaje
Otro de los beneficios de estimular la creatividad de los más pequeños es el desarrollo de un pensamiento abstracto. Permite mejorar su memoria y los razonamientos lógicos y así ser capaces de superar el programa escolar con éxito.
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Exterioriza sus emociones
Un niño imaginativo es también más sensible y empático. Esto le ayuda a compartir sus emociones con el resto de personas y forjar vínculos con ellas. Además, le resultará más fácil acudir a sus padres o a las figuras de referencia del colegio para compartir con ellos sus emociones.
Es una herramienta para afrontar la vida
La creatividad es también la capacidad para encontrar soluciones creativas a problemas abstractos. Esto les va a permitir encarar los pequeños retos que la infancia les pone, así como una manera de prepararlos para la vida adulta.
¿Cómo saber si tu hijo tiene falta de imaginación?
Como padres, conviene saber identificar si el desarrollo imaginativo de tu hijo está en línea con la madurez a su edad. A partir de los 3 años los niños suelen fantasear con la realidad que les rodea. Una forma de hacerlo es intentar imitar a su superhéroe favorito o verbalizar la profesión que les gustaría desempeñar cuando sean adultos.
Un niño al que le falta imaginación tenderá a copiar la realidad sin agregar elementos fantasiosos. Otra forma de identificarlo es si tu hijo presenta dificultades para resolver pequeños problemas.
En ocasiones, la falta de imaginación se puede manifestar a través de dificultades en el aprendizaje. Por ejemplo, si está tardando un poco más en aprender a hablar que el resto de niños de su edad.
Algunas patologías como la depresión infantil o los trastornos emocionales pueden tener un origen en el déficit de imaginación. Si es el caso, te recomendamos que acudas a un profesional para que pueda trabajar en el bienestar del pequeño.
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Actividades para estimular la imaginación en niños
La imaginación es algo que se puede trabajar. A edades tan tempranas su personalidad está en pleno desarrollo por lo que resulta clave estimular su creatividad cuando todavía son pequeños. ¡Pon en práctica estas actividades y juegos sencillos!
Organiza un teatro de sombras
Solo necesitarás una linterna y una sábana o pared blanca donde proyectar las sombras. Anima a tus hijos a recrear figuras mediante la sombra que proyectan vuestras manos sobre el lienzo blanco. Podréis imaginar distintos personajes y que tus hijos imaginen las aventuras de los protagonistas de su historia.
Potenciarán sus habilidades comunicativas como buenos trovadores de historias, el trabajo en equipo y el pensamiento simbólico al recrear objetos de la realidad a través de sus manos.
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Lee un cuento e inventad juntos el final
No hay nada mejor que un buen preámbulo de una historia para desarrollar el desenlace de la misma. Coge un cuento o novela infantil corta y lee las primeras páginas para contextualizar la historia. A partir de aquí, ¡deja que su imaginación vuele!
Definir una trama alternativa potenciará su imaginación creativa. Anima a tus hijos a que respeten la esencia de los personajes recreando comportamientos coherentes con su personalidad. Fomentará su empatía.
Deja que se aburran de vez en cuando
Lejos de ser algo perjudicial para ellos, el aburrimiento incentiva que los niños encuentren maneras creativas de divertirse lejos de pantallas y videojuegos. Es una oportunidad para que descubran sus propias habilidades y disfruten jugando consigo mismos.
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Pon a su disposición materiales para pintar
Unos cuantos lápices de colores, una goma de borrar y varios folios en blanco son suficientes para que los niños puedan plasmar sus emociones sobre el lienzo. A través de los colores y las formas estimularán su creatividad e irán mejorando su psicomotricidad.
Jugad al “qué harías si…”
¡Es una manera sensacional de estimular su pensamiento crítico a través de soluciones creativas! Proponles una situación hipotética y pídeles que te expliquen cómo actuarían y los motivos que les llevaría tomar esas decisiones. Además de su creatividad, conseguirás entender mejor cómo razona tu hijo.
Llévales a entornos para estimular su imaginación
El Museo de la Imaginación (en Málaga), una exposición de arte abstracto para niños o un espectáculo de marionetas cuando son pequeños son entornos ideales para promover su imaginación. Busca que conozcan entornos que le sorprendan y puedan ampliar su pensamiento abstracto.
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