Volar con niños pequeños y bebés puede llegar a ser muy estresante, tanto para los padres como para los demás pasajeros. De hecho, en muchas ocasiones los padres se ven obligados a pedir disculpas. Pero, ¿se puede hacer felices a los niños y no molestar al resto del avión? Sigue estos consejos para mantener a raya las crisis en las alturas y que todos tengan un vuelo apacible.
En primer lugar, prepara algunas cosas con antelación. Descárgate juegos o aplicaciones acordes a su edad en un móvil o tablet y asegúrate de que no necesitan Internet. Organiza también un kit para «mantener la calma» con una almohada, una manta y algunos juguetes. Si se te olvida, recuerda que siempre puedes pedírselo a la azafata. No recurras a los típicos libros para colorear puesto que los lápices pueden caerse al suelo y empezar a rodar por debajo de los asientos molestando a los demás. Puedes optar mejor por cuentos, títeres para los dedos o juegos de imanes.
En segundo lugar, llévate tentempiés saludables como fruta y galletas para evitar que se encaprichen y pidan a gritos golosinas. En el caso de los bebés, lleva la comida preparada que pueda necesitar y algunas bolsas de congelación para evitar derrames al guardar los recipientes vacíos.
Para mantener las manchas a raya, no escatimes en toallitas húmedas ni en gel de manos. Incluso puedes llevarte ropa de recambio ante cualquier desastre alimentario, así como biberones desechables para que el resto de tu equipaje tenga la posibilidad de mantenerse razonablemente limpio. Tu equipaje de mano debería ser como el bolso de Mary Poppins: ¡pequeño pero capaz de llevar un montón de cosas!
Una vez solucionado el tema de la maleta, es el momento de volar. Cuando estéis en el aire, da de comer a los bebés durante el despegue y el aterrizaje, porque al tragar se compensa la presión atmosférica. Mientras tanto los niños más mayores estarán tranquilos dándoles algo para beber o masticar.
Por último, tu máxima prioridad con los bebés es que duerman lo máximo posible durante el vuelo. Pregunta con antelación a la aerolínea si disponen de capazos. Así podrás viajar más relajado y tu bebé estará más cómodo. Camina por el pasillo, cuando sea seguro hacerlo, para tranquilizar a tu bebé si está inquieto. No solo se calmará, ¡sino que los demás pasajeros también estarán encantados!