Sí, es verdad. Suena a asuntos turbios como un affaire del marido con la cocinera o un romance de la esposa con el jardinero. A título de una película de esas malas de sobremesa (no diremos las cadenas que nos vienen a la cabeza) de engaños, amoríos a escondidas y finales previsibles.
Sin embargo, en el mundo de los seguros, y más concretamente de los seguros de hogar, la infidelidad de empleados o bien se ofrece como una cobertura complementaria (pues no todo el mundo, ni mucho menos, contrata trabajadores en su hogar) o bien forma parte del seguro multiriesgo de algunas compañías.
Pero, a pesar de que ya hayamos centrado el objetivo de nuestro post el nombre sigue llevando a confusión, vamos a explicar en qué consiste esta garantía, que básicamente se ha creado para proteger al cliente de las infidelidades de sus trabajadores a la hora de realizar su labor.
¿Qué tipo de infidelidades? ¡Dejen de pensar mal de una vez! Infidelidades… económicas, por así decirlo. Este producto protege al cliente frente a la posibilidad de sufrir situaciones como un hurto, un cohecho, una estafa, una malversación o una falsificación por parte del personal a su servicio.
Este tipo de seguros, por lo tanto, se encargan de garantizar el pago de los capitales asegurados en caso de siniestro cubierto con la póliza, con motivo de las pérdidas provocadas por esas actuaciones fraudulentas de los empleados. La cobertura, por lo tanto, asume el perjuicio económico en cualquiera de sus formas por este motivo, aunque con el límite que se refleje en las condiciones de cada contrato suscrito.
Exclusiones e inclusiones
Si la cara A son las coberturas, hay que tener en cuenta también la cara B, las exclusiones. Lo fundamental, una vez más, es conocer al detalle en qué nos cubre el seguro. Por ejemplo, no cubre el hurto de dinero en efectivo o de cheques bancarios, más allá de los hechos que, aunque supongan una falta o un delito, hayan sido denunciados a la policía.
En cuanto a las coberturas, es habitual que este seguro se encargue de la protección del mobiliario y los enseres o que proteja al cliente ante el uso fraudulento de tarjetas de crédito por cuenta ajena, siempre que se haya comunicado la pérdida de la tarjeta a la entidad emisora.
Por supuesto, para poder suscribir una póliza de este tipo -y, posteriormente, cobrar la indemnización si fuera pertinente- los trabajadores del hogar deben estar contratados legalmente y dados de alta en la seguridad social. Una circunstancia que no sólo la exige la compañía de seguros correspondiente para cerrar el contrato, sino la legislación en materia laboral. Por lo tanto, olvidémonos por nuestra parte de infidelidades… a la ley. Podemos salir perdiendo.
Breve historia de esta cobertura
Aunque la cobertura de infidelidad de empleados en el mundo empresarial cuenta ya con un amplio recorrido, en referencia a los seguros de hogar tan sólo tiene unos pocos años de vida, al igual que muchas otras (borrado de huella digital, servicio de manitas a domicilio, atraco fuera del hogar). Esto es consecuencia de la ampliación progresiva de la oferta de cobertura de las aseguradoras, en constante cambio por ofrecer un mejor servicio al cliente y, por qué no decirlo, un producto más completo que las compañías rivales.
De cualquier manera, supone la aplicación al ámbito doméstico de la cobertura efectiva en el empresarial, pues los seguros de responsabilidad civil profesional ya contemplan desde hace mucho tiempo la protección frente a los actos deshonestos de los empleados.
En su nacimiento tuvieron mucho que ver las medidas adoptadas por el poder ejecutivo y el legislativo para obligar a dar de alta a los trabajadores del hogar, que han facilitado que este producto asegurador haya encontrado su nicho de negocio. Da igual que únicamente trabajen una hora a la semana en la casa o que estén internos: la nueva ley obliga a todos por igual a darse de alta en la seguridad social.
Desde 2012, de hecho, es obligatorio que las personas que tengan a su servicio empleados en su vivienda coticen por estos a la SS, independientemente de que los trámites corran a cargo de la persona que trabaja o de la que da trabajo.
Así pues, si contáis con personal de servicio en vuestro hogar, ya sabéis que podéis contratar un seguro que os ofrezca tranquilidad ante la posibilidad de que vuestros trabajadores os sean infieles económicamente. Espera lo mejor pero prepárate para lo peor, reza el dicho popular. Y a eso ayuda la cobertura de infidelidad de empleados del hogar: a curarse en salud ante una “traición laboral”.