“El que algo quiere, algo le cuesta”.
El rico refranero español y la rotunda y sencilla sabiduría que encierra nos vienen de maravilla una vez más para arrancar nuestro nuevo post. La sentencia que abre este texto recuerda la importancia del esfuerzo y la constancia para conseguir objetivos importantes en nuestra vida. Es cierto que algunos se alcanzan sencillamente, casi sin quererlo, pero la gran mayoría requieren de trabajo, paciencia y persistencia. Eso nos han inculcado nuestros padres, eso tratamos de poner en práctica en nuestras vidas y eso intentamos recordar a la nueva generación ahora que todo parece tan sencillo pero en cambio resulta tan incierto.
No es que contratar un seguro de coche sea un proceso crucial, un gran objetivo vital o un factor que vaya a dar sentido a nuestra existencia, tampoco hay que ser exagerados. Pero sí que es una decisión de importancia que no debe tomarse ni mucho menos a la ligera dado no sólo su coste económico, sino la protección y cobertura que puede ofrecernos a nosotros y a los demás, que va incluso más allá de las numerosas horas que muchos pasamos en la carretera.
Quizás no resulte muy motivador ni entretenido leer un condicionado general de la póliza, comparar ofertas o repasar las coberturas, pero hay que sacudirse la pereza para conseguir el seguro de auto que mejor se adecúe a nuestra situación, perspectivas y economía, a nosotros y a nuestro vehículo. Además, ya estamos metidos de lleno en la era digital y eso nos permite realizar ese trámite desde casa (o desde donde quiera que estemos) ganando en comodidad y tiempo. Los tradicionales tienen también por supuesto a su disposición otras opciones como la vía telefónica y la presencial a través de un mediador profesional que puede asesorarnos sobre lo que más nos conviene.
Hoy vamos a hablar de cuáles son los principales pasos a dar para la contratación de un seguro de coche, y la primera pasa por elegir la vía de información, comunicación y contratación. Puede ser cualquiera de las anteriores o una mezcla de ambas.
Piensa qué coberturas necesitas para tu seguro de coche
Pasamos de la certera filosofía del refranero español a la de los sabios clásicos de la Antigua Grecia. Esta frase encontrada en el templo de Apolo en Delfos nos sirve también para recordarnos cuál es el paso inicial antes de lanzarse a la contratación de un seguro de coche: conócete a ti mismo… y a tu vehículo, teniendo presentes tanto tus características personales y como conductor (edad, antigüedad del carnet de conducir, ocupación) como los principales datos del coche: marca, modelo, combustible, potencia, lugar de aparcamiento, kilometraje, uso que le das, etcétera. Es bueno tener cerca de nosotros esos datos -además de los referentes al seguro de coche anterior, si fuera el caso- pues la compañía con la que vayamos a suscribir el contrato nos los demandará desde el principio.
Sabiendo cuáles son tus prioridades, tus condiciones y experiencia como conductor, tu situación económica y los datos técnicos y uso que le das al vehículo seguro que se te aclara el panorama para tener claras, en líneas generales, las coberturas que necesitas sí o sí en tu seguro de auto y cuáles son secundarias o prescindibles. Ese será el mejor punto de partida para elegir un producto u otro y apostar por unas u otras garantías.
Entonces será el momento de comparar, las distintas ofertas de las aseguradoras para el tipo de producto que precisas. En esa tarea vienen muy bien las calculadoras de precio que las compañías suelen incluir en sus páginas web, que con los datos que introducimos calculan el coste aproximado de las primas que deberíamos pagar por el seguro que queremos. Si se quiere evitar la vía online siempre se puede entrar en contacto, telefónica o presencialmente con un mediador profesional para que, apoyado en los datos que le aportemos, realice esa estimación económica y nos asesore de lo que más nos conviene.
El siguiente paso, una vez hayamos elegido la empresa que queremos que nos cubra, es estudiar bien el condicionado genérico del producto que queremos, que podemos consultar en la web o solicitar a la aseguradora. Si nos queda alguna duda siempre podemos contactar a la compañía cada vez que lo necesitemos o apoyarnos en el consejo externo de un mediador.
Firma del contrato de seguro
Para acordar las condiciones exactas del contrato, realizar alguna modificación en el mismo que se ajuste más a lo que interese a ambas partes o negociar condiciones particulares y específicas nos tocará después un periodo de comunicación (y negociación) con nuestro interlocutor en la compañía de seguros. Entonces, sólo entonces, cuando se haya llegado a un acuerdo final es el momento de que la aseguradora nos envíe el contrato de seguro y lo suscribamos. La evolución digital ha simplificado mucho el proceso y nos resultará mucho más sencillo y menos arduo de lo que parece en primera instancia. Eso sí, deberemos prestarle tiempo y atención si queremos el producto que mejor se adapte a nosotros, a nuestro vehículo, a nuestro estilo de conducción y a la frecuencia con que conducimos. Y ya que estamos de refranes, cerraremos con otro: despacito y buena letra a la hora de contratar un seguro de coche.