En un artículo anterior ya explicábamos en qué consiste un seguro de caución, para qué sirve, en qué se diferencia de un aval bancario o sus áreas de actuación más frecuentes, tanto en el mundo de la empresa en general y en el de la promoción inmobiliaria en particular.
Pues bien, esa fue la primera parte. Y como el saber no ocupa lugar y aprendida la primera parte, vamos ahora con la segunda.
En este post vamos a hablar de las modalidades de un seguro de caución. Se corresponden con los ámbitos profesionales en los que se aplica, en muchos de los casos obligatoriamente porque así lo demanda la ley. Podemos decir que hay muchas modalidades, ya que el ámbito de aplicación de este tipo de productos es muy extenso, y abarca casi todos los campos de la actividad empresarial.
Básicamente, esta clase de seguro puede recomendarse/exigirse en todas las relaciones jurídicas que necesiten una garantía adicional que refuerce las obligaciones alcanzadas en el contrato. Es muy habitual que estas pólizas se utilicen en contratos de suministro o ejecución de obra, pero pueden aplicarse en multitud de sectores profesionales.
Las más comunes
Lo prometido es deuda: vayamos con las modalidades más comunes cuando hablamos de seguros de caución.
Una de las más habituales es la referida a los contratos públicos, los contratos con las administraciones públicas (de obra, suministro, servicio, asesoría o asistencia). Toda empresa interesada en contratar con la administración central, autonómica o local está obligada a prestar garantía ante la misma. Esta modalidad sirve para asegurar que la oferta se mantenga y el contrato se cumpla, así como para garantizar su ejecución o pago anticipado.
Otra modalidad de seguro de caución de gran vigencia actualmente es la de fidelidad. Es aquella exigida a consecuencia de una relación contractual o laboral entre dos partes, y está ligada a la confianza y la moralidad de las personas (físicas o jurídicas) garantizadas. Esta modalidad de seguro garantiza al asegurado una indemnización por los daños patrimoniales sufridos a consecuencia de la apropiación indebida de fondos por las personas o empresas garantizadas. Suele utilizarse, por ejemplo, para cubrir los depositarios de mercancías o protegerse ante una posible infidelidad de los empleados.
La Administración de Aduanas, por su parte, también exige la contratación de esa garantía, con el fin de asegurarse el cobro de la deuda tributaria. Algunas de las principales garantías de esta modalidad son las de importación directa, cuadernos ATA, importaciones temporales, agentes de aduanas y régimen de perfeccionamiento activo. Las aduanas solicitan a las empresas la constitución de garantía, que responderá no sólo del importe de la deuda, sino también de los intereses y recargos correspondientes.
Si, de acuerdo, hemos citado a los cuadernos ATA como si todo el mundo supiera en qué consisten. Lo explicamos: son documentos de admisión temporal de mercancías emitidos por las Cámaras de Comercio. Gracias a ellos cualquier mercancía no perecedera puede viajar fuera de las fronteras nacionales.
Tras el inciso, continuamos. Las agencias de viajes también obligadas a prestar garantía ante la administración. Los reglamentos de las comunidades autónomas regulan la actividad de este tipo de empresas.
Hablamos, por último, del seguro de afianzamiento, una modalidad del seguro de caución por la que al comprador de una vivienda se le garantiza el reembolso del anticipo que haya dado, al firmar el contrato de compra-venta, en el caso de que finalmente no se le entregue la casa. Por lo tanto, se asegura a la persona que compra, mientras que el promotor inmobiliario es el tomador del seguro.
Otros tipos de seguros de caución
Pero no hemos acabado, ni mucho menos. Existen otras muchas modalidades de este tipo de seguros, como la de licencia de obras. Las ordenanzas municipales referentes a la tramitación de licencias prevén una solicitud de garantía para responder a una correcta ejecución de los trabajos o, si éste no fuera el caso, para reparar los errores realizados o reponer los elementos defectuosos o rotos correspondientes.
Hablando de obras, las ordenanzas de comunidades autónomas relativas a la gestión de residuos de construcción y demolición obligan también a que estos se gestionen correctamente. La constructora debe presentar esa garantía para solicitar una licencia ante el órgano político que corresponda (ayuntamiento, comunidad autónoma…)
Para no enrollarnos más, añadiremos que los seguros de caución también tienen una gran importancia en otros mercados como el agrario o el energético, siempre con el mismo fin: cubrir a los asegurados ante los incumplimientos de contratos o leyes por parte de los tomadores.