Nos trasladamos con la imaginación a una carretera secundaria cualquiera. Es domingo, después de comer, y en el cielo azul brilla un agradable sol de invierno que ilumina y calienta el interior de nuestro vehículo. Apenas hay tráfico, y conducimos tranquilamente acompañados únicamente por el murmullo regular del motor de nuestro coche y la visión de un paisaje agradable y monótono. Entramos en un reconfortante estado de relax de regreso a casa. De repente tras esa curva una retención inesperada, un frenazo y …. Afortunadamente ha sido un golpe ligero, algo aparatoso de chapa pero sin mayores consecuencias; eso sí, el conductor del vehículo de delante está “un poco molesto”.
Es momento de templar gaitas, pedir perdón, respirar hondo, remangarse y ponerse al lío. Es la hora de colocarnos el chaleco, bajar de nuestro vehículo, hablar con el otro afectado, realizar el papeleo oportuno y confiar en la solvencia de nuestro seguro de coche.
El parte amistoso, la mejor solución
La mejor solución, la más sencilla y la que menos dolor de cabeza trae -siempre que el otro implicado tenga los papeles en regla y esté de acuerdo- es la realización de un parte amistoso. Gracias a él se detallan los pormenores del accidente, así como los datos de los conductores y sus vehículos, en un solo documento del que saldrá una copia para el tercero involucrado. Luego será responsabilidad de ambos el envío temprano a sus respectivas aseguradoras de este certificado. Hay que reseñar también que es posible realizar el parte a través del móvil y enviárselo automáticamente a las compañías de seguros gracias a la App Declaración Idea (https://www.declaracionidea.es/iDEAWebPublica/sobre.do).
Pero no vayamos tan deprisa y hablemos algo más del parte amistoso, un documento válido en la gran mayoría de países de la UE que se utiliza en España desde hace ya treinta años. Su uso ha simplificado el proceso en un gran número de accidentes, agilizando el pago a los asegurados por los daños materiales ocasionados por un siniestro entre dos vehículos.
¿Qué deben hacer ambas partes? Rellenar los apartados del documento, de la manera más fiel a lo sucedido, y firmarlo. A grandes rasgos tendrán que indicar la fecha y lugar del accidente, los datos personales de los conductores, de sus aseguradoras y de los coches y los daños apreciados en los vehículos. Y, por supuesto, realizar un croquis del incidente, acompañado de una pequeña explicación que detalle cómo se produjo el mismo y cuáles fueron sus causas.
Después de este trámite a los afectados les tocará comunicar lo sucedido a sus respectivas aseguradoras, para lo que disponen de una semana, y hacerles llegar el parte (o su copia) de manera presencial, por email o por fax, acompañado si puede ser de otros datos complementarios que aporten información como es el caso de fotos.
Si ninguno dispone de la hoja de parte el proceso a seguir es el siguiente: intercambiar la información -números de póliza, datos personales, de los coches y las aseguradoras- para posteriormente, también en un plazo de siete días, ponernos en contacto con nuestra compañía con el fin de comunicarle el accidente y remitirle los datos.
Las dos empresas deberán determinar, ateniéndose a la información contenida en el documento, cuál de las dos partes tiene la culpa en el accidente. El conductor no culpable no deberá asumir ningún coste en la reparación de su vehículo; tampoco lo hará el causante en el caso de que disponga de un seguro a todo riesgo, aunque se expone a que su compañía de confianza pueda optar por encarecer su póliza en próximas renovaciones.
En el supuesto de que el producto contratado por el culpable sea a todo riesgo con franquicia el asegurado tendrá que correr con los gastos hasta superar esta, mientras que el resto lo cubrirá su seguro. Por último, si es a terceros deberá abonar íntegramente el coste de la reparación.
Qué hacer en otros supuestos
En otro tipo de situaciones, como en el supuesto de que hayan estado involucrados más de dos vehículos, también son de utilidad las declaraciones amistosas, que deben recoger los datos de todos los implicados.
Si se han producido daños personales también es posible realizar una declaración amistosa, notificando que se han producido lesiones. A no ser que los daños sean graves -o, peor aún, que haya personas fallecidas a causa del accidente- no se llevará a cabo un proceso judicial de oficio. Eso no quita para que sea recomendable contactar con los servicios de emergencia con el fin de atender a los accidentados, así como con autoridades como la Policía o la Guardia Civil para que acudan al lugar de los hechos.
Por último, en el caso de que no exista un acuerdo entre los implicados cada uno de ellos debe rellenar su declaración sobre el accidente y enviárselo a la compañía a la que pertenezca, aportándole su versión de lo sucedido.