¿Es España un país laico o católico? Así, hemos apostado por el seguro de decesos flexible, que también responde a la cada vez mayor demanda de funerales laicos.
Si bien la Constitución de 1978 refleja que España es un estado laico, lo cierto es que la religión católica ha tenido tradicionalmente un peso relevante en la vida de las personas en nuestro país. Por lo menos en lo que respecta a su impronta en ceremonias como las bodas o los funerales, que habitualmente se han celebrado por la Iglesia.
Pero todo eso ha cambiado, y mucho, en las últimas décadas. La sociedad ha ido cambiando, alejándose en líneas generales de la fe cristiana y de sus prácticas, pese a que todavía queda una importante base de personas que, si bien no son practicantes habituales, sí continúan acercándose a la tradición católica en momentos importantes de su vida.
No, no os habéis equivocado. Esto no es la clase de religión. Seguid leyendo.
Ya en 2016 si se puede decir que España es un estado aconfesional, tanto en la teoría (artículo 16,3 de la Carta Magna) como en la práctica. Muchas personas, más allá de su fe en el día a día, escogen otras maneras diferentes para celebrar su boda o incluso para oficiar su futuro funeral que la tradicional, la católica. Y es una tendencia creciente: tanto el número de las bodas civiles como el de las exequias laicas crece y crece con el paso de los años. Es una nueva sociedad, en la que la fe cristiana mantiene una importante presencia pero en la que otros credos -o, directamente, el agnosticismo y el ateísmo– se abren paso con fuerza.
Nuevas demandas, nuevas respuestas
Centrándonos en los funerales las empresas del sector asegurador han adaptado sus servicios con el fin atender a ese cambio que refleja la sociedad, ofreciendo la posibilidad de oficiar responsos laicos para dar cabida a todas aquellas personas que opten por una ceremonia alejada de la tradicional católica para honrar a sus difuntos.
El seguro de decesos actual ha apostado por un seguro de decesos flexible, y también responde a la cada vez mayor demanda de funerales laicos. Por eso la gran mayoría de las compañías aseguradoras apuestan por dar opción, entre sus coberturas, al funeral civil. Un tipo de ceremonia que no conlleva un gasto muy diferente al de una ceremonia católica pese a que la manera de honrar al difunto sea otra. Por eso las primas a pagar por el seguro de decesos suelen mantenerse inalterables sea cual sea la fe de cada uno. Al fin y al cabo, los gastos de entierro e incineración son muy parecidos, en casi todos los ritos, y en el único acto en el que existen diferencias significativas es en las honras fúnebres que algunas religiones son muy diferentes a las que estamos acostumbrados.
El seguro de decesos flexible, una vez más, es la clave. Las aseguradoras ofrecen habitualmente esa flexibilidad del seguro de decesos flexible en la elección de los componentes del servicio fúnebre, que es personalizado y se realiza según las indicaciones de cada cliente. Muchas compañías incluyen en su oferta la cobertura de la ceremonia laica si se precisara.
¿Cómo es un funeral laico?
En primer lugar hay que decir que, obviamente, debe haber una persona al frente de la ceremonia, en este caso un oficiante laico en lugar de un sacerdote; en cuanto al lugar, señalar que se puede optar por un espacio privado particular o por la posibilidad de realizar la ceremonia en una sala multiconfesional de un tanatorio; y en cuanto a la ceremonia, lo habitual es un acto sencillo, organizado por los familiares del difunto, que suele estar centrado en la vida del mismo y consta de lecturas, recuerdos y palabras de agradecimiento al desaparecido. Como en nuestro país no está tan extendida la costumbre de hablar en público como en los países anglosajones, el maestro de ceremonias suele ser el encargado de conducir el funeral y dirigirse a los presentes.
En la actualidad, en la mayoría de los casos, no supone ningún problema adicional el optar por este tipo de ceremonia, ya que existen empresas especializadas en organizar funerales civiles y el mundo del seguro está, como hemos visto, adaptado a la demanda social laica.