Dos barcos parten de vacaciones el mismo día desde el mismo puerto, pero poco tienen que ver tanto los botes como las personas que viajan en él.
Javier está como un niño con zapatos nuevos, pues las cosas han ido bien en su negocio en los últimos tiempos y ha podido darse el capricho de comprar un pequeño yate.
Ahora estrenará su recién cursado título de patrón de barco yéndose unos días de vacaciones junto a su familia, que utilizará el navío a modo de hotel durante una semana. Está algo nervioso ante la experiencia, puesto que aunque le apetece mucho navegar, le impone un tanto la responsabilidad de manejar el barco.
Leticia aprendió muy pronto a manejar un velero, puesto que sus padres tenían uno y le iniciaron desde muy pequeña a gobernarlo. Ahora, ya como toda una experta en navegación, sale todas las vacaciones a disfrutar del mar en soledad en su propio barco de vela, para el que ahorró con esfuerzo.
Y este año, además, tiene ante sí un aliciente mayor, pues compaginará una ruta marítima de varios días con su participación en una regata defendiendo los colores de su club.
Tipos de seguros para barcos para situaciones diferentes
Nada tienen que ver los perfiles de uno y otra: novato que estrena su título de patrón realizando un viaje con su familia en un barco a motor; y experta que efectúa una ruta en su velero y participa en una regata.
Por eso, Javier y Leticia han contratado seguros de embarcaciones de recreo muy diferentes para disfrutar de sus vacaciones cumpliendo con la normativa y estando adecuadamente cubiertos.
Seguro de responsabilidad civil para embarcaciones
Ella ha optado por contratar el seguro obligatorio de responsabilidad civil, pues confía en su experiencia y pericia como navegante y no viaja además acompañada ni con ningún objeto de gran valor que considere preciso proteger.
Por eso ha suscrito un producto básico que le servirá para cubrir la RC, es decir, los daños que -en caso de culpa o negligencia- pudiera causar a terceros, desde otras embarcaciones a puertos o instalaciones marítimas, en aguas marítimas españolas.
Hay que añadir que el seguro también le habría amparado en el caso de que otra persona le hubiese ayudado en el manejo del velero y hubiera cometido un error.
Pero… ¿qué hay de la regata en la que va a participar? Pues que su compañía de seguros le cubrirá sin ningún coste adicional por su participación en esta competición, pues el condicionado de su seguro de RC ampara la participación del velero asegurado en campeonatos deportivos de clubes.
Seguro a todo riesgo para embarcaciones
Por realizar un viaje en familia, por su mayor solvencia económica y menor experiencia como navegante, por la potencia y el valor económico de su barco, por los objetos de valor y el motor fuera borda (que un seguro básico habitualmente no cubre) y por mil factores más, Javier decidió suscribir un seguro para embarcaciones de recreo a todo riesgo.
Con esta póliza él y los suyos estarían lo más cubiertos -y tranquilos- posible en su periplo de varios días en el mar y en los futuros viajes que realizasen.
El seguro les cubría absolutamente por casi todo, más allá de la responsabilidad civil ya citada, que decidieron ampliar amparando los posibles daños durante la permanencia del barco en tierra firme e, incluso, en las operaciones de puesta a flote, remoción o destrucción de los restos de la nave asegurada.
Otras garantías de seguros a todo riesgo para barcos
Con el producto todo riesgo, la embarcación quedó cubierta frente a cualquier peligro, fruto de cualquier causa externa, de pérdida total, pérdida total constructiva, gastos de salvamento o daños parciales.
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Y no sólo el yate, sino sus componentes y equipos, incluyendo maquinaria y embarcaciones auxiliares. Esta modalidad de seguro también protege a la nave ante los daños directamente causados por incendio, explosiones, rotura de ejes, o cualquier defecto existente en la maquinaria o el casco.
Pero además el hombre decidió contratar varias garantías adicionales. Consideró muy importante añadir la cobertura de accidentes personales, lo que garantizaba el pago de prestaciones por lesiones corporales, tanto al contratante como a su familia, siempre que estos sufrieran un daño estando en la embarcación e incluso durante las operaciones de remolque, embarque y desembarco.
Javier también incluyó otras garantías para asegurar su yate:
Efectos personales, que protege sus principales pertenencias ante cualquier riesgo de pérdida total o daños por avería o robo de la embarcación.
Defensa jurídica, contando con apoyo y asesoría en caso de necesitarlo
Asistencia en viaje, lo que le permitió disponer de una serie amplia de prestaciones (gastos de alojamiento en hotel, custodia de la embarcación, gastos médicos en el extranjero, traslado sanitario de enfermos o envío de medicamentos, entre otras).
Únicamente descartó contratar la garantía adicional de guerra y huelgas, así que salvo esas situaciones tan poco probables, el yate quedó fabulosamente protegido.
En este otro artículo explicamos con más detalle las principales garantías de una póliza para embarcación de recreo que debes tener en cuenta antes de suscribir una.
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