Quizás tengas la fortuna de poseer una embarcación de recreo con la que escapar del calor (y de la tierra firme) durante este verano y pasar un buen rato navegando. Y posiblemente incluso tengas pensado repartir tus vacaciones en dos lugares distantes, queriendo disfrutar del barco en ambos.
Es uno de los casos en los que puedes necesitar el transporte por carretera de una embarcación de recreo. En este post te aconsejamos sobre las diferentes opciones que tienes a disposición y, cómo no, acerca de los seguros adecuados para estar cubierto durante este o cualquier otro desplazamiento que preveas hacer en un futuro en el que se vea implicada tu nave.
¿Cómo desplazar una embarcación de recreo por carretera? A grandes rasgos tienes dos posibilidades, que te detallamos en las siguientes líneas:
Desplazar embarcación por tu cuenta
Tal vez tu barco no sea lo suficientemente grande (un yate pequeño) como para que puedas transportarlo tú mismo por carretera en caso de que tengas los medios suficientes -un coche suficientemente potente y la instalación precisa para mover la embarcación de manera segura-.
Si realizas el traslado por tu cuenta debes conocer que un buen seguro de embarcaciones de recreo te protege durante los desplazamientos por carretera de tu barco. Deberemos, además, suscribir una póliza que nos cubra el transporte y tener en cuenta que la responsabilidad civil será únicamente nuestra pues seremos los conductores y por tanto los únicos responsables.
La opción que ofrece GENERALI
En ese sentido, una gran opción es la que dispone GENERALI en su producto Náutico, un seguro multirriesgo que entre sus coberturas cuenta con la de averías particulares. Esta ofrece una amplia respuesta ante los riesgos que conlleva desplazar un barco por carretera, los peligros a los que éste se expone y los daños que puede sufrir.
Esta garantía cubre en caso de que se produzcan.
Daños materiales
Están cubiertos, siempre con las condiciones y límites que indique el contrato de seguro, los daños materiales que sufra la embarcación asegurada -incluyéndose los ocasionados en el motor- durante sus traslados por carretera en caso de que se produzca un accidente en el vehículo porteador o remolcador. Éste debe, claro está, estar habilitado para el transporte del barco que corresponda.
Actos vandálicos
Si se producen actos vandálicos o malintencionados en cualquier lugar de estacionamiento durante cualquier traslado por carretera (imaginemos, por ejemplo, a un grupo de gamberros que causen desperfectos en el casco de la nave), la aseguradora se hará cargo de los daños producidos.
Operaciones de carga y descarga
También pueden producirse daños durante la operación de carga al vehículo que se encargará de remolcar o portar la embarcación y en el proceso de descarga desde éste. El seguro de GENERALI también ampara los desperfectos que se causen en la embarcación asegurada.
Por cuenta ajena: contratar un seguro de transporte de embarcaciones
Una gran opción si nos planteamos transportar el barco por carretera, es ponernos en contacto con nuestro seguro para que a su vez nos aconseje sobre empresas encargadas del desplazamiento de barcos, operación que en la mayoría de los casos se realiza por tierra (aunque también podría realizarse por mar e incluso por aire). Tendremos que suscribir con la compañía que escojamos un seguro de transporte de embarcaciones de recreo.
Coberturas básicas
Pasamos a explicaros qué es un seguro de transporte de embarcaciones de recreo. Se trata de un producto que ha de contar con unas coberturas básicas que amparen al propietario ante situaciones que pueden producirse durante este recorrido, desde las más habituales hasta las más improbables pero no imposibles.
Estos son algunos de los riesgos: descarrilamiento o caída del vehículo por cunetas o precipicios; incendios, explosiones; daños meteorológicos, como los ocasionados por la caída de rayos, las fuertes lluvias y el viento; corrimiento o desprendimiento de tierras, montañas o rocas, e incluso aludes; colisión del vehículo de transporte con otros o con cuerpos fijos como edificios o rocas; rotura de puentes, derrumbamiento de edificios, túneles u otras obras de arquitectura e ingeniería; hundimiento súbito de carreteras o caminos; e incluso robo a mano armada.
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Coberturas ampliadas
En el caso de que queramos contar todavía con una mayor tranquilidad deberemos elegir un seguro a condiciones amplias; es decir, con coberturas adicionales. Ello nos serviría para cubrir la embarcación, incluso cuando el vehículo de transporte no sufriera ningún desperfecto.
Aun así, quedarían excluidas situaciones como el dolo o la mala fe del asegurado o el transportista, los daños provocados a causa de guerras o conflictos bélicos o los producidos a causa de una mala estiba. En este último caso sí que nos puede servir de ayuda nuestro propio seguro náutico, que ampare el riesgo de daños durante las operaciones de carga y descarga de la embarcación.
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