Ni qué decir tiene que, por la seguridad propia y por la de los demás, es conveniente cuidar de nuestro vehículo, realizando las habituales rutinas de mantenimiento y pasando periódicamente por un taller para que revise el estado del mismo y arregle o reponga lo que sea necesario. Y no sólo para conseguir pasar favorablemente la obligatoria ITV, sino por responsabilidad.
Más importante para muchos lo es aún en un año tan particular como este 2020 en el que la gran mayoría apuesta por el turismo nacional, bien en busca de una mayor seguridad frente al coronavirus o a causa de los apuros económicos propiciados por el parón al que ha obligado la maldita pandemia.
De cualquier manera, como dijimos, para cualquier conductor habitual es conveniente realizar con frecuencia las visitas obligadas al taller. Un gasto que no tiene por qué ser tanto si se contrata un seguro de automóvil que cuente con una cobertura complementaria que ofrecen algunas compañías aseguradoras y que puede no sólo ayudarnos a ahorrar (a posteriori, claro está), sino ofrecernos una mayor comodidad en nuestras gestiones. Nos referimos a la cobertura de garantía mecánica, que será nuestra protagonista del artículo de hoy. Os contaremos en qué consiste, resaltando las posibilidades que ofrece y los beneficios que supone su contratación. ¡Vamos allá!
¿En qué consiste la cobertura de garantía mecánica?
Básicamente esta garantía se hace cargo del reembolso de los gastos generados por reparaciones, no sólo de carácter mecánico, sino también electrónicas. Puede cubrir las averías producidas en piezas como la caja de cambios -independientemente de que esta sea manual o automática-, el motor, los pistones, las bielas, el cigüeñal, la bomba de aceite, el alternador, la culata, la bomba de inyección o el módulo electrónico principal. Por el contrario, otras partes del coche -asientos, ventanas, cerraduras, neumáticos, carrocería, luces, retrovisores…- habitualmente quedan excluidas.
¿Qué es una avería mecánica?
Se entiende por avería mecánica, eléctrica o electrónica, la incapacidad de una pieza garantizada para funcionar conforme a la especificación del fabricante como resultado de un fallo, mecánico o eléctrico fortuito.
Pero en una reparación no sólo se paga por el coste del arreglo de las diferentes averías, sino por el de las piezas a reponer; si disponemos de una buena cobertura de garantía mecánica nuestro seguro podría también hacerse cargo de ese importe (independientemente de que el problema del coche se deba o no al desgaste natural de las mismas), así como del coste de la mano de obra, concepto que valora el tiempo invertido por los trabajadores del taller a lo largo de una determinada reparación.
Hay que reseñar además que la compañía de seguros no tiene por qué poner ninguna traba para la contratación de esta garantía en función de si el vehículo es de primera o segunda mano, si es relativamente nuevo o ya antiguo o si ha agotado o no el periodo de garantía del fabricante; una buena cobertura debería hacerse cargo prácticamente de cualquier circunstancia, a menos que el coche no estuviera ya, utilizando el lenguaje coloquial, para el arrastre o tuviera demasiados años; e incluso si fuera así no pasaría nada por entablar un diálogo con la aseguradora, para conocer si podría o no brindarnos esta garantía.
De cualquier modo, sí que es cierto que variables como la antigüedad o el kilometraje del vehículo en el momento en el que sufra una determinada avería pueden influir, y mucho, en el porcentaje de pago de la reparación que asuma la compañía de seguros.
En cuanto al marco geográfico en el que se puede prestar la cobertura, hay que decir que no tiene por qué circunscribirse únicamente a España, sino que podría prestarse incluso aunque el asegurado (y su coche) se encontrara en otros países, especialmente si forman parte de la Unión Europea. Esto puede suponer una gran ventaja si nos encontramos fuera de nuestro entorno por ocio o negocio.
Los deberes del asegurado
Para poder beneficiarse de esta útil cobertura, eso sí, el tomador del seguro/dueño del coche está obligado a hacer los deberes, puesto que la compañía aseguradora pedirá garantías. A buen seguro que deberemos tener a su disposición el libro de mantenimiento del coche actualizado y la factura de la última revisión que le hicimos al vehículo, además de los documentos pertinentes, como la ficha técnica y el permiso de circulación.
Asimismo, deberemos tener en cuenta que esta garantía generalmente sólo se proporciona siempre y cuando la reparación se haya efectuado en un taller, así que en principio no será operativa si el coche ha podido ser reparado in situ en el lugar de la avería o el accidente, que es objeto de otro tipo de seguro. Y también nos vendrá bien conocer, leyendo con atención el condicionado de nuestra póliza, cuáles de los riesgos están incluidos y cuáles no para la prestación de esta cobertura y cuáles son las piezas de nuestro vehículo que ampara la misma.