Comer de forma equilibrada y saludable es importante a cualquier edad, aunque conseguir que tus hijos consuman verduras a veces puede ser todo un desafío. Desde mejorar la concentración hasta aumentar los niveles de energía, pasando por dormir mejor… Comer bien es muy importante en el desarrollo de sus cuerpos y mentes. Aquí te contamos cómo asegurarte de que tus hijos comen cinco verduras.
Índice
Elabora tu propia comida rápida saludable
Hay comida como las hamburguesas o los nuggets de pollo que, cuando no se elaboran con ingredientes de calidad se convierten en «comida basura». Sin embargo, cuando se elaboran de forma casera, pueden ser muy saludables y nutritivos. Y, además, son muy fáciles de cocinar. Para las hamburguesas, necesitas carne picada, un bote de pepinillos, panes redondos y queso cheddar. Si quieres incluir nutrientes adicionales al plato, también puedes ponerles tomate en rodajas y lechuga. Para los nuggets de pollo, prueba a cortar pechugas de pollo en trozos pequeños y rebozarlos en pan rallado o copos de maíz.
Añade complementos nutritivos
No siempre es posible evitar la tentación de pasar con el coche a comprar comida rápida. Pero al menos puedes acompañar tu menú con complementos saludables, como una ensalada o patatas al horno caseras. ¡Son todavía más sanas si le dejas la piel para comer algo de fibra! Corta unas patatas en tiras o cuñas, ponles aceite de oliva, un poco de sal y pimienta, y mételas al horno a 200ºC durante unos 30 o 40 minutos.
Cocina un postre saludable
Los niños suelen ser golosos, y hay un montón de alternativas saludables a la comida basura como la fruta fresca, la compota de frutas y los yogures con las que saciar sus ganas de dulce. Y si esto no es suficiente, puedes combinar fruta con nata o helado, o hacer una tartaleta de frutas con avena como base. Aunque no es lo más saludable, al menos los niños comerán una de las cinco piezas de fruta y verdura recomendadas al día.
No abuses de los condimentos
Las salsas y los aderezos para ensaladas a menudo contienen muchos azúcares y aditivos, así que no abuses de ellos y, si puedes, prepara algunos caseros. Normalmente se pueden improvisar con facilidad. Por ejemplo, cambia los aderezos para ensaladas por aceite de oliva y vinagre balsámico, o sustituye el ketchup por salsa de tomate fresco.
Tentempiés, desayunos y almuerzos saludables
Puedes reducir las ganas de comida rápida de tus hijos asegurándote de que no pasan hambre a lo largo del día con unos desayunos, almuerzos y tentempiés saludables. Con avena, fruta, yogur y huevos tienes un desayuno nutritivo. Los sándwiches, los wraps y las sopas son geniales para los almuerzos. Asimismo, los tentempiés más sanos incluyen fruta, yogur, verduras crudas, frutos secos y productos para untar.
Vigila las bebidas
Las bebidas gaseosas y con azúcar no son convenientes para los dientes ni los niveles de energía, y tus hijos podrían acostumbrarse muy rápido cuando las prueben. Cambia las bebidas gaseosas por zumo de frutas recién exprimido o dales a probar agua con menta o frutas del bosque y cítricos congelados.
Los niños son niños, y mantenerlos siempre alejados de la comida basura solo aumentarán sus ganas de consumirla. Optar por la comida rápida de vez en cuando no les hará daño, aunque, siempre que puedas, intenta que prueben estas alternativas de comida rápida saludables.
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