Desde cortes y rasguños hasta dolorosas quemaduras, tu cocina puede ser el origen de muchos desafortunados accidentes, sobre todo si eres un cocinero apasionado. Con tantos instrumentos calientes y afilados a tu alrededor, existe el riesgo de hacerte daño, incluso si estás prestando mucha atención, por lo que es esencial saber cómo lidiar con estos pequeños accidentes si ocurren. Estas son algunas de las mejores maneras de afrontar los accidentes de cocina más comunes en casa, pero si te preocupa que la lesión pueda ser grave, busca siempre atención médica profesional.
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Si te quemas
Quemarse es uno de los accidentes más comunes en la cocina, sobre todo porque la mayoría de la gente no se da cuenta de cuántos utensilios peligrosamente calientes se utilizan al cocinar. Derramar agua hirviendo, tocar cacerolas calientes o que te salte aceite hirviendo de la sartén o un chorro de vapor del horno o del microondas son solo algunas situaciones que pueden producirte una quemadura desagradable en la cocina.
Si te pasa, pon la herida bajo agua fría (no demasiado fría) durante el máximo tiempo posible para enfriar la piel y prevenir más daños en el tejido. Mantén la zona limpia, añade una pomada específica para quemaduras y cúbrela con un apósito. Cambia el apósito regularmente mientras se está curando para mantener la herida limpia y evitar infecciones y cicatrices.
Busca ayuda médica si se trata de una quemadura muy grande, o si la herida o las ampollas permanecen abiertas.
Si te cortas
Estés cortando verduras, lavando cuchillos o limpiando la licuadora, cortarte en la cocina es fácil, sobre todo en las manos y los dedos. Si esto sucede, lava la herida inmediatamente con agua fría para prevenir la infección. Pon un apósito limpio sobre la parte superior y mantén la presión sobre la herida hasta que deje de sangrar.
Cuando haya parado de sangrar, desinfecta la herida y cúbrela con un apósito limpio. No hay por qué elevar la herida a menos que esté sangrando abundantemente.
Busca ayuda médica si la herida es muy profunda, si crees que podría necesitar puntos de sutura o si no deja de sangrar.
Si te resbalas y te caes
Preparar la comida puede ser una tarea estresante, con tantas cosas de las que estar atento. Incluso los cocineros más concienzudos a veces no consiguen limpiar el líquido derramado de inmediato. Sin embargo, este charco de agua o la mancha de salsa en el suelo pueden hacer que los suelos se vuelvan resbaladizos y provocar caídas desagradables.
Si te caes, asegúrate de que no estés herido antes de intentar levantarte. Revisa tus extremidades y la parte de tu cuerpo que golpeó el suelo en busca de una herida inmediata y obvia. Cuando estés listo, levántate lentamente sobre las manos y las rodillas, y usa una silla o una mesa para ayudarte. Siéntate unos minutos para valorar cómo te sientes y comprueba si todo está en orden antes de volver lentamente a lo que estabas haciendo. Asegúrate de limpiar el vertido cuidadosamente para que no vuelva a pasar.
Busca ayuda médica si te has golpeado la cabeza y te sientes mareado, o si piensas que podrías haberte roto un hueso.
Si te irritas los ojos
La irritación ocular no solo es uno de los incidentes más dolorosos en la cocina, sino que también es muy difícil cocinar cuando no puedes ver bien. Picar ingredientes, como por ejemplo cebollas, es una de las causas principales, aunque el vapor del microondas o del horno también puede causar problemas. Si te pasa, lávate bien las manos antes de enjuagarte los ojos con agua fría del grifo. No los aprietes mucho ni los frotes, y tómate un descanso hasta que el malestar desaparezca.
Busca ayuda médica si la irritación empeora o si experimentas problemas prolongados de visión.