No importa lo preparados que estemos: los accidentes ocurren y tener uno en el extranjero puede asustar. Contar con un buen seguro de viaje evitará que te veas solo y vulnerable en un momento de necesidad y, además, te proporcionará paz mental al saber que no tendrás que hacerte cargo de una factura importante.
Si, por desgracia, has sufrido un accidente en el extranjero, aquí tienes algunos consejos para asegurarte de que tu reclamación al seguro vaya como la seda y de recibir el apoyo que necesitas.
Índice
Encuentra el seguro adecuado
Antes de embarcarte en un viaje, es primordial que te informes sobre el país que visitas y el tipo de seguro que mejor se ajusta a tus necesidades. Hay muchos tipos de pólizas disponibles y es importante elegir una que se adapte a tus requisitos concretos. ¡Mucho mejor que decantarse por la más barata!
Empieza con una lista. Ten en cuenta el clima, la política y la asistencia médica de la zona a la que viajas. Por ejemplo, ¿son seguros los hospitales de la zona? ¿Necesitas alguna vacuna antes de viajar? Si pasas por alto las vacunas necesarias antes de tu viaje y enfermas, el seguro podría no cubrirte.
Echa un vistazo a los medios de transporte que vas a utilizar, las pertenencias que vas a llevar contigo y el tipo de actividades que vas a realizar al llegar. Realizar deportes de riesgo, como el esquí o las motos acuáticas, a menudo requieren una cobertura adicional en tu seguro, ¡así que no te olvides de añadirla a tu póliza!
Por último, cuenta siempre a la aseguradora tus problemas de salud previos a la contratación del seguro, ya que podrían ser importantes para la póliza, y asegúrate de que puedes acceder fácilmente a los documentos cuando estés fuera, especialmente a tu informe médico si padeces alguna enfermedad o estás siguiendo algún tratamiento.
Qué hacer tras un accidente o en caso de enfermedad
Pensar con claridad sobre que hacer después de un accidente puede ser complicado, pero con estas simples medidas, la reclamación al seguro será mucho más sencilla.
Primero, asegúrate de reunir todas las pruebas con vídeos y fotos, además de hablar con los testigos. Reúne también la información de contacto de los testigos, ya que la aseguradora podría necesitar hablar con ellos directamente. Guarda los recibos y los documentos de todo lo que necesites comprar.
Debes informar a la policía de las pertenencias perdidas o robadas y de cualquier otro delito en 24 horas. Aunque es posible que la policía no pueda recuperar tus pertenencias, para la reclamación al seguro necesitarás un informe policial o la denuncia.
Si necesitas tratamiento médico, es importante que hables con la aseguradora lo antes posible. Las pólizas tienen diferentes coberturas, así que merece la pena comprobar lo que incluyen y obtener autorización antes de proceder.
Cumplimenta la reclamación
En cuanto puedas, llama al teléfono de atención al cliente de tu aseguradora para saber qué necesitan para procesar con éxito la reclamación y para verificar que te cubra el accidente o la enfermedad. Puede ser que tengas un número específico de días para ponerte en contacto con la aseguradora para reclamar la cobertura, o en cualquier caso si se requiriera información adicional aun te encuentras en el viaje para tratar de conseguirla.
Cuando hayas hablado con tu aseguradora, tendrás que proporcionarle los detalles del accidente o la enfermedad y te enviarán un formulario de reclamación para que lo completes. En este punto, la aseguradora querrá pruebas del accidente o de la atención médica u hospitalaria, por lo que podrás proporcionarle los informes policiales o médicos y las pruebas visuales o los recibos.
No dejes de leer tu póliza
Antes de rellenar la reclamación al seguro, merece la pena volver a echar un vistazo a la póliza. ¡Así evitarás sorpresas inesperadas! Revisa las exclusiones de la póliza, ya que puede que no dé cobertura a todos los accidentes o solo lo haga de manera parcial como, por ejemplo, los retrasos, las pertenencias hasta un valor específico o las lesiones por deportes extremos.
Comprueba la franquicia, que es la cantidad de dinero que puede que tengas que pagar por cada reclamación. A veces, antes de recibir el dinero, tienes que asumir los costes por adelantado, ¡así que mantente al tanto antes de proceder!