Se calcula que se trasmiten unas 200 enfermedades distintas a través de la comida en todo el mundo. Para evitarlas, no solo es necesario consumir alimentos en buen estado. La seguridad alimentaria pone en valor diferentes recursos y técnicas para garantizar que los alimentos que comemos son seguros para el consumo. La buena conservación, un tratamiento adecuado del producto y la higiene en la cocina son algunos de los aspectos que destaca la Agencia Española de Seguridad Alimentaria. Para evitar intoxicaciones y cocinar de forma segura en casa, ¡no te pierdas estos consejos de seguridad alimentaria que puedes aplicar en tu día a día!
Índice
La importancia de la prevención
Un uso adecuado de la cocina en casa comienza con las medidas de prevención. Para evitar riesgos en la manipulación de alimentos debemos tener en cuenta algunas medidas de higiene y seguridad.
Bayetas de cocina y estropajos
Las bayetas y estropajos son uno de los mayores focos de bacterias en la cocina. Se recomienda desinfectarlos cada tres o cuatro días. Para ello, lávalos en la lavadora a unos 60ºC, o introdúcelos en un recipiente con agua y mételos al microondas durante tres minutos hasta que hierva el agua. El calor evitará que se formen biofilm, que son acumulaciones de bacterias nocivas para las personas. Además, recuerda lavar las bayetas con líquido lavavajillas después de cada uso, aclararlas bien y luego dejar que se sequen extendidas al aire. Por último, ¡no olvides cambiar los estropajos de vez en cuando!
Utensilios de madera
Para la manipulación de alimentos, es habitual emplear utensilios de madera en la cocina de nuestras casas. Sin embargo, al ser porosos y astillarse, es frecuente que queden restos de comida. Para cocinar con higiene y seguridad, procura usar utensilios de cocina de acero inoxidable, plástico o silicona. Si eres de los que no pueden evitar las tablas de madera de cortar, trata de hacerte con una fabricada con madera dura y de alta densidad, ya que son menos porosas y más resistentes. Las mejores son aquellas de madera de olivo, nogal o haya.
Limpieza de las superficies
El agua y el jabón es el método más higiénico para la limpieza de la encimera. Ahora bien, para mantener una buena seguridad alimentaria no debes secar las superficies con un paño de cocina. Usa siempre papel de un solo uso para evitar que se acumulen bacterias.
Principales normas de seguridad alimentaria
La norma básica que no puede fallar en tu cocina es la de lavarse las manos antes de manipular ningún alimento. Es suficiente hacerlo con agua y jabón para eliminar cualquier bacteria y evitar que acabe en nuestro plato. Otro error bastante común lo comentemos en el lavado de las frutas y verduras. Debemos hacerlo a conciencia, frotando bien con agua potable. Ponerlas a remojo y debajo del chorro de agua no es suficiente. Aunque tampoco debemos pecar de higiene en exceso… El uso de lejía (incluso muy diluida en agua) para lavar las frutas y verduras no es necesario.
La carne cruda también es un alimento que conviene prestar atención. Es habitual la aparición rápida de patógenos como la salmonela si se encuentra a temperatura ambiente. Por eso, recuerda refrigerarla a una temperatura de unos 5ºC. Además, el consumo de carne cruda puede suponer un riesgo para nuestra salud. La mejor forma de evitarlo es el calor: cocinándola a una temperatura superior a los 70ºC eliminaremos bacterias como la listeria o la escherichia coli.
Alimentos con los que hay que tener cuidado
Huevo
El huevo crudo en tus recetas puede suponer un riesgo de contraer enfermedades como la salmonela. Evita consumir masa de galletas sin cocinar o helado casero que contenga huevos. Si haces mahonesa casera, asegúrate de mantearla bien refrigerada.
Pescado y marisco
El denominado anisakis es un parásito que se puede encontrar en el pescado y mariscos. Su ingesta puede provocar náuseas y dolores de estómago. Para evitarlo, no olvides congelar siempre el pescado y el marisco antes de consumirlo. Además, asegúrate de que no rompes la cadena de frío.
Leche cruda
La leche cruda contiene bacterias como campylobacter, salmonela, E. coli o listeria. Para mantener una buena seguridad alimentaria, lo mejor es comprarla pasteurizada. Si aun así prefieres consumirla cruda, es importante que la hiervas antes.
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