En las fases iniciales de la pandemia por SARS-CoV 19 hubo mucho temor a la posibilidad de que los niños pudieran sufrir problemas graves si contraían dicha infección.
La lógica en la que se basaba dicho razonamiento era aplastante: en los primeros años de la vida, los niños contraen muchas infecciones, virales en su mayoría, pero también por otros gérmenes, debido a que su sistema inmune aún no está completamente desarrollado.
Es algo que muchos padres de niños menores de 3-4 años conocen: cuando nuestros pequeños empiezan a ir a la guardería se ponen enfermos todo el tiempo.
Ese fue uno de los motivos de que en aquellos momentos se cerraran los centros educativos, pensando que se podía desencadenar una catástrofe. Otro de los motivos era la hipótesis inicial, ya descartada, de que los niños podían ser supercontagiadores.
Sin embargo, los hechos demostraron lo contrario: una vez reabiertas las escuelas, no se ha visto un gran problema por COVID en la infancia, sino todo lo contrario.
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¿Cómo responden los niños al Coronavirus y qué síntomas presentan?
En mi propia consulta podríamos hablar de 3 grupos de niños con infección por COVID:
El primero es el de niños completamente asintomáticos, que se hicieron una PCR y fue positiva debido a que los padres contrajeron la enfermedad.
El segundo fue el de niños positivos que han tenido cuadros absolutamente leves, con algo de catarro y poco más.
Y un tercer grupo, que han sufrido ya síntomas muy similares a la gripe, con fiebre, cefalea y malestar que ha durado 2-3 días y se ha resuelto con rapidez.
Ninguno de nuestros pacientes, después de 1 año ya de pandemia, ha tenido que ser hospitalizado. Y las cifras a nivel mundial confirman que las complicaciones y casos graves en la infancia han sido escasísimos, y casi siempre en niños que tenían enfermedades graves de base.
¿Cuáles son los motivos por los que los niños no enferman o presentan cuadros leves por Coronavirus?
Evidentemente esto ha sido algo que ha atraído la atención de los investigadores, ya que cae por su propio peso: si supiéramos por qué razón los niños casi no enferman por COVID, quizá podríamos dar con alguna clave interesante para la prevención o el tratamiento en otros grupos de edad.
Las hipótesis planteadas que podrían explicar este hecho serían las siguientes:
Inmunidad parcial
Durante la infancia, los niños contraen muchos catarros víricos producidos por coronavirus. Aunque éstos no son propiamente el COVID, podría explicar que tengan, por este motivo, una inmunidad parcial contra éste.
Inmunidad innata o inespecífica
Nacemos con ella, y es capaz de actuar contra un agresor sin tener que haber “aprendido” antes.
Quizá dicha forma de inmunidad funcione mucho mejor en los niños pequeños contra el coronavirus, pero no así contra otros virus causantes de las infecciones típicas de la época de guardería.
Inmunidad entrenada y cruzada
Según señala la Doctora Aguirrezabalaga, del Grupo de Vacunas de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria, en “Redacción Médica”, todo el calendario vacunal que reciben los niños podría estimular sus defensas contra otros gérmenes diferentes de los que son vacunados.
Se habla de la vacuna DTP, y, en especial, de las vacunas contra virus vivos, como son la triple vírica y la vacuna de la varicela. Se habla también de que la vacuna de la gripe sirve para “entrenar” la inmunidad, y por ello la campaña de este año ha intentado llegar a muchas más personas.
A todo ello, se le contrapone el concepto de la inmunosenescencia, que es el “envejecimiento” del sistema inmune, que responde peor en edades avanzadas de la vida.
Eso explicaría que la gravedad y la mortalidad asociada al COVID fuera mucho mayor en personas mayores, muy baja en adultos sanos en los que el sistema inmune funciona “normal”, y casi nula en la edad infantil, debido a los factores comentados.
En este artículo puedes descubrir cómo fortalecer el sistema inmunológico con alimentos, vitaminas, medicamentos y hábitos saludables.
