No todos las madres y padres han escuchado hablar de los hemangiomas infantiles. En ocasiones se les suele conocer por marcas de nacimiento con forma de manchas de fresa. En cualquier caso, los hemangiomas infantiles son tumores benignos muy comunes durante la infancia. Aunque la mayor parte de ellos no revisten gravedad, el 20% requieren de tratamiento, pues pueden dar lugar a deformaciones o afectar a funciones vitales que perjudiquen el desarrollo del niño. ¡Por eso es tan importante saber identificarlos y conocer su clasificación! Descubre las causas del hemangioma infantil y cómo actuar si tu bebé presenta uno.
¿Qué es el Hemangioma Infantil?
Un hemangioma infantil es un cúmulo de vasos sanguíneos que aparecen en la piel de los bebés y niños. Son considerados tumores benignos no cancerígenos que, en su mayoría, no requieren intervención médica pues acaban por desaparecer. Es importante recordar que el recién nacido puede presentarlas en el mismo momento del nacimiento o desarrollarlas a los pocos meses.
Pero, ¿qué aspecto tienen? El hemangioma en recién nacido se percibe como una mancha roja brillante, con algo de relieve. Es por ello que algunas personas los conocen como manchas de fresa por su forma.
Los hemangiomas infantiles afectan a 1 de cada 10 niños en España. En el caso de los bebés prematuros con un peso inferior a 1200 gramos, la prevalencia aumenta hasta casi el 25%.
Por lo general, los hemangiomas infantiles suelen aparecer en el tercio superior del cuerpo. De hecho, un 60% se suelen localizar en la cara y cuello del niño (el conocido como hemangioma capilar infantil), el 25% en el tronco y solo el 15% surgirá en alguna de las extremidades.
✅ ¡Recuerda! Como hemos dicho, la mayoría de los hemangiomas infantiles desaparecen solos y no implican ningún problema para la salud del bebé. Aun así, los expertos recomiendan que los padres los identifiquen en el mismo momento de su aparición ya que suelen ser muy variables en tamaño y aspecto.
Causas del Hemangioma infantil
Las causas del hemangioma infantil son todavía un misterio. Ningún experto ha podido afirmar unos motivos concretos que provocan que proliferen por la piel. Sin embargo, sí se sabe que no están relacionados con fármacos o medicamentos consumidos durante el embarazo. Tampoco con exposiciones en el ambiente. También se ha descartado el componente genético.
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¿Es igual el hemangioma de nacimiento que en niños?
No hay una edad en la que el hemangioma revista más gravedad. Sin embargo, los hemangiomas infantiles casi siempre tienen un periodo de crecimiento en 3 fases:
- La fase proliferativa comienza durante los primeros días de vida y puede prolongarse hasta 9 meses. El hemangioma en recién nacido se presenta como una mácula tenue que experimenta un rápido crecimiento en pocos días. En algunos casos, durante esta fase el hemangioma se puede ulcerar o infectarse. Incluso puede afectar a la visión del bebé si se extiende por el párpado o limitar la respiración si se asienta en la vía respiratoria.
- Durante la fase de estabilización, el hemangioma frena su crecimiento. No se observa un aumento de su tamaño, pero tampoco una regresión.
- No es a partir de los 10-15 meses cuando el hemangioma infantil comienza a regresar. Se le conoce como fase de regresión. Comenzará a adquirir tonos blancos y grisáceos y su tamaño irá menguando.
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Clasificación del hemangioma infantil
Como madre o padre, es esencial que puedas identificar la aparición de un hemangioma nada más aparezca. Para ello, una clasificación de los distintos tipos te ayudará:
Superficiales
Los hemangiomas infantiles superficiales son los conocidos como manchas de fresa. Se presentan como abultamientos en la piel con minúsculos surcos parecidos a la piel de esta fruta. Normalmente son rojos o rosas. En ocasiones, también pueden contener pequeñas zonas blancas. Se caracterizan por aumentar de tamaño rápidamente, lo que también hace que se vuelvan más brillantes.
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Profundos o subcutáneos
Por el contrario, los hemangiomas profundos o subcutáneos se presentan lisos en la superficie de la piel. Ahora bien, se caracterizan por su formación por debajo, por lo que suelen ser más disimulados. Su color en la superficies es azulado. Tanto es así que, en ocasiones se pueden confundir con hematomas.
Mixtos
Los hemangiomas mixtos son una combinación de ambos, tanto en la superficie como por debajo de la piel.
Localizados
Algunos expertos optan por una clasificación alternativa, en función de la localización.
- Los hemangiomas en bebés localizados se asientan sobre una región del cuerpo concreta. Por ejemplo, pueden identificarse en cuello, un moflete, tratarse de un hemangioma capilar infantil o de un hemangioma labial en niños.
- Por su lado, los hemangiomas multifocales son aquellos que se presentan, al menos, con diez lesiones cutáneas.
Diagnóstico del hemangioma
¿Cómo puede diagnosticarse el hemangioma infantil? Lo más recomendable es que se haga por un especialista. Para ello, acude al pediatra de tu hijo si sospechas que la lesión cutánea coincide con sus características. Durante el diagnóstico, el pediatra observará:
- Ubicación. Algunas zonas como la cara pueden comprometer en mayor medida la salud del pequeño si acaban afectando a los ojos o la boca.
- Tamaño. Esto le dará indicios sobre la fase en la que se encuentra.
- Cantidad.
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Tratamiento de los hemangiomas infantiles
Por lo general, la mayoría de los hemangiomas terminan por encogerse cuando el niño tiene 4 o 5 años de edad. El tratamiento, por tanto, depende de lo rápido que se haya formado, su ubicación y si presenta alguna complicación como un sangrado, costra o dolor.
El propranolol suele ser el tratamiento más empleado por los pediatras. Se trata de un medicamento para tratar la presión arterial que se administra por vía oral. Ha demostrado su gran eficacia contra los hemangiomas infantiles. También existen tratamientos tópicos en la piel como cremas con esteroides. Ayudan a detener el crecimiento, o incluso a encogerlos.
En algunos casos, el profesional podría optar por la cirugía si el hemangioma se localiza en una zona que pueda derivar problemas para la salud. Dado que la mayoría de estas lesiones cutáneas desaparecen con los años, la cirugía se descarta hasta que el niño no ha cumplido los 5 años.
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