Llevar el calendario de revisiones pediátricas al día es muy importante para garantizar el correcto desarrollo del niño. Además, en las revisiones infantiles el pediatra podrá hacer un análisis precoz, y así poder detectar problemas de salud si los hubiera.
Pero ¿sabes cada cuánto tiempo debemos llevar a los niños al centro de salud? Hasta los 18 meses de edad, las revisiones médicas en niños deben hacerse trimestralmente. Sin embargo, una vez pasados los 2 años, la frecuencia será anual. De esta manera llevaremos un control del niño sano todos los años desde que es un bebé, pasando por su infancia hasta la pubertad.
Antes de seguir, consulta también las enfermedades más comunes de bebés en el primer año.
Índice
Objetivos de las revisiones en niños sanos
Llevar al día las revisiones médicas infantiles es esencial por varios motivos. En primer lugar, los hábitos y lugares que frecuenta el niño cambian. Pasará de estar en entornos más protegidos como en casa, a ir a las guarderías y colegios, donde el contacto con otros niños y adultos se multiplica.
De ahí que sea importante observar si cuenta con la correcta protección inmunológica. Además, otro objetivo importante es llevar un control del niño sano por edades, asegurándose de que desarrolla los músculos y huesos adecuadamente.
Los padres tienen un papel activo en las revisiones pediátricas. Es fundamental que puedan proporcionar información muy detallada sobre los hábitos de alimentación, sueño, higiene y psicomotricidad para que el especialista pueda realizar un buen análisis.
Guía y calendario de revisiones pediátricas
De 0 a 18 meses
Exploración física:
Se mide el peso, talla, el perímetro craneal y, en general, el correcto desarrollo.
Vacunación:
Durante los primeros 18 meses se administrarán las siguientes vacunas: vacuna antipoliomielítica, la vacuna de la difteria, el tétanos y la tosferina. También la vacuna frente al Haemophilus influenzae tipo b, la triple vírica, la vacuna antihepatitis B, la del meningococo B y la vacuna contra el neumococo.
Alimentación:
El pediatra proporcionará algunos consejos sobre alimentación, lactancia materna y prevención de accidentes.
Desarrollo psicomotor y del lenguaje:
Se presta especial atención a los reflejos y estímulos.
Hábitos:
Fomentar la autonomía cada vez mayor del bebé.
A los 2 años
Exploración física:
Detección precoz de problemas sensoriales y de crecimiento.
Vacunación:
Se continúa con el calendario de vacunación y se administra la vacuna de la varicela.
Alimentación:
El especialista realizará preguntas sobre los hábitos alimenticios del niño para valorar si se sigue una dieta enfocada en el desarrollo con los aportes energéticos adecuados.
Desarrollo psicomotor y del lenguaje:
Especial atención al desarrollo psicomotor.
Hábitos:
Detección precoz de problemas de sueño e higiene.
De 3 a 4 años
Exploración física:
Se valora el correcto desarrollo con una exploración física al completo.
Vacunación:
Se mantiene el calendario vacunal, con las dosis de Sarampión-rubeola-parotiditis y varicela.
Alimentación:
Se garantizará que el niño ya incluye en su dieta hidratos de carbono complejos, como legumbres, cereales, tubérculos y fruta. También aceite de oliva y proteínas.
Desarrollo psicomotor y del lenguaje:
Análisis sobre el perfeccionamiento del lenguaje, defectos de pronunciación y la capacidad comunicativa del niño.
Hábitos:
Se aconseja la retirada del chupete de forma definitiva para prevenir una incorrecta alineación de los dientes.
A los 6 años
Exploración física:
Especial atención a la vista, analizando la agudeza visual de cada ojo. También del aparato locomotor, con algunos test de pisada y columna.
Vacunación:
Administración de las dosis de Poliomielitis, y la Difteria-tétanos-tosferina.
Alimentación:
El pediatra velará porque la dieta esté compuesta por un 50% de hidratos de carbono, un 15% de proteínas y un 35% de grasas mono-saturadas.
Desarrollo psicomotor y del lenguaje:
Comprobación de la riqueza léxica y una buena coordinación de movimientos.
Hábitos:
Comprobación de la capacidad relacional con otros niños.
De 9 a 11 años
Exploración física:
Se prestará atención específica a la tensión arterial, los pulsos periféricos y la auscultación cardiopulmonar.
Vacunación:
Se administrarán las vacunas que, por algún motivo, se hayan tenido que retrasar.
Alimentación:
Insistencia en la periodicidad de las comidas y en evitar los ayunos prolongados.
Desarrollo psicomotor y del lenguaje:
Asegurar la amplia riqueza léxica y una buena coordinación en los movimientos.
Hábitos:
En cuanto a los hábitos sociales, se valorará el riesgo psicosocial, como abusos o problemas familiares.
De 12 a 14 años
Exploración física:
Se realiza una exploración física, con atención al desarrollo de la pubertad, el crecimiento y los dientes.
Vacunación:
Momento de administrar las últimas vacunas: enfermedad meningocócica y virus del papiloma humano.
Alimentación:
Se dan consejos al adolescente sobre los hábitos alimenticios que debe evitar.
Desarrollo psicomotor y del lenguaje:
Comprobación de que el desarrollo psicomotor y del lenguaje siguen su curso adecuado.
Hábitos:
Se analizará la madurez sexual, y se informará sobre prevención de enfermedades sexuales y, en el caso de las niñas, también sobre la menstruación.
Conclusión
Las revisiones pediátricas son necesarias para poder detectar anomalías de salud y ponerles solución a tiempo. Si fuera necesario, también sirven para derivar a un especialista que evalúe con mayor profundidad el problema.
Además, estos controles del niño sano por edades sirven para asegurar que se sigue adecuadamente el calendario vacunal. Si tienes preguntas acerca del desarrollo del niño, no dudes en acudir al pediatra y resolver todas tus inquietudes.
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