Insomnio, estrés y preocupación.
Tres síntomas que han padecido alguna vez todos aquellos padres, sobre todo primerizos, que han visto cómo sus plácidos sueños se tornaban en noches eternas.
En esta entrada nos dedicaremos a repasar algunas de las enfermedades más comunes en aquellos bebés recién nacidos y de menos de un año de vida, y aportaremos además una serie de útiles consejos para que todos aquellos progenitores que lo deseen puedan afrontar esta etapa con algo de más confianza.
Índice
¿Cuáles son las enfermedades más comunes en los bebés?
La pediatra Mar López nos habla sobre algunas de las enfermedades más habituales en bebés y niños y que son “viejas conocidas” porque los adultos también las podemos sufrir e identificar.
Infecciones respiratorias
Las enfermedades respiratorias que afectan a las vías altas son las más comunes, y se trata de un leve catarro o resfriado común que incomoda a los más pequeños y que se manifiesta sobre todo en forma de tos y congestión nasal.
Por otra parte, se puede dar el caso de que afecte a las vías respiratorias bajas, lo que se denomina neumonía o bronquiolitis. El niño que sufra bronquiolitis, probablemente, tendrá la nariz con mucha mucosidad y fiebre baja durante dos o tres días que precederán a síntomas como toses y respiración agitada.
Según la gravedad de esta, puede requerir ingreso hospitalario y seguimiento de un tratamiento específico adecuado a sus necesidades.
Gastroenteritis
Generalmente de origen vírico (fundamentalmente Rotavirus) o bacteriano, son unas de las infecciones más frecuentes en los bebés.
Entre sus síntomas se encuentran la diarrea, los vómitos, el dolor abdominal y calambres. Según la frecuencia, pueden llegar a producir deshidratación y sus causas pueden ser la transmisión entre personas por contacto individual o por la alteración de la flora bacteriana natural del tracto digestivo.
Para combatir la gastroenteritis, la mejor fórmula es mantener al bebé siempre hidratado mediante la ingesta de líquidos.
Otitis
La otitis se produce por la inflamación del oído medio al acumular pus y fluidos y suele estar precedida por un resfriado, una gripe o cualquier otra afección de las vías respiratorias.
Esta enfermedad es más común en niños pequeños porque su anatomía favorece el paso de los gérmenes de la nariz al oído al tratarse de un recorrido más corto.
Una buena pista reside en observar que los más pequeños suelen manifestar esta infección acudiendo a la principal fuente de dolor, es decir, tocándose los oídos.
Infecciones cutáneas
La piel, en toda su extensión, es nuestra protectora corporal, y como tal, está expuesta a un gran número de infecciones, entre las que destacan la urticaria, que se manifiesta a través de la aparición de habones que suelen ser visibles en zonas expuestas como manos o pies.
La dermatitis atópica, que se caracteriza por la aparición de lesiones como eccemas en zonas como el cuello o la flexura del codo y de las rodillas; la dermatitis del pañal, por el roce junto a l orina, heces o saliva cuando les salen los dientes.
Algunas más inusuales corresponderían al molusco contagioso, fruto de una infección por un virus de la misma familia que el de la viruela, o el impétigo, una infección bacteriana de la piel muy contagiosa cuya causa suele ser una picadura de insecto o una pequeña herida.
Consulta también nuestra guía sobre la Varicela.
Enfermedades habituales en recién nacidos
El primer contacto de un bebé con el mundo está marcado por la vulnerabilidad y la adaptabilidad a un entorno nuevo, lejos ya del vientre materno. Por ello, se pueden producir todo tipo de enfermedades, desde afecciones de la piel hasta cualquier tipo de infección bacteriana.
Entre el 60 y el 70% de los recién nacidos presentan ictericia, coloración amarillenta de la piel, producida por los altos niveles de bilirrubina en la sangre. Es, por tanto, una de las enfermedades infantiles más comunes en bebés recién nacidos.
La buena noticia es que su duración por norma general no suele ser superior a una semana.
Los cólicos se presentan antes de las seis semanas y suelen mejorar a los cuatro meses. Algunas veces se relacionan con la alimentación materna y otras con reflujo gastroesofágico o alergia a la proteína de la leche.
La diarrea, causada por infecciones intestinales y caracterizada por deposiciones frecuentes, muy líquidas y en ocasiones de mal olor, el estreñimiento, que suele afectar al 30% de los recién nacidos, así como los vómitos son algunas de las dolencias más comunes en bebés recién nacidos.
Sin duda, una de las enfermedades más temidas es la conocida como síndrome de la muerte súbita del lactante y es la muerte repentina e inesperada de un niño menor de un año.
Sus causas son desconocidas, pero diversos expertos apuntan a que pueda estar relacionada con la capacidad del bebé para despertar y con la incapacidad del cuerpo del bebé para detectar acumulación de dióxido de carbono en la sangre.
En estas etapas conviene prestar especial atención a enfermedades como la estenosis pilórica, que es una causa muy frecuente de vómitos en los lactantes, sobre todo en varones, y la infección urinaria, durante los 20-25 días de vida.
Enfermedades habituales en bebés de 6 meses
Los más pequeños ya han emprendido con paso firme el camino de la vida y van directos a su primer aniversario.
Además del citado síndrome de la muerte súbita del lactante, las mayores enfermedades que afrontan los bebés de 6 meses están relacionadas con catarros y diarreas.
Consejos para esta etapa
¿Qué ocurre si nuestro bebé presenta síntomas de que algo no va bien? ¿Cómo hay que actuar?
Ante todo, hay que procurar mantener la calma y examinar la situación, si esta lo permitiera. Es importante reconocer todos los síntomas que presenta el bebé para poder hacer una rápida evaluación que servirá para facilitar el trabajo a los profesionales.
Precisamente, este sería el segundo consejo, y es que, además de estar atentos y familiarizados con las medidas de prevención y actuación de enfermedades y problemas comunes, los padres deberán evitar tomar medidas sin consultar antes con un pediatra, que será el profesional encargado de asegurar la atención y tratamiento de los más pequeños.
En caso de que los síntomas se agraven, hay que acudir a urgencias.
Y toda situación relacionado con la salud de los hijos es más fácil de afrontar si se cuenta con un seguro como el de Protección Familiar, Salud Opción Family de GENERALI, con el que se puede recibir asistencia médica y hospitalaria, y permite, además, realizar las pruebas diagnósticas o tratamientos de manera ilimitada.
Este seguro ofrece también una serie de garantías opcionales como servicio de A.T.S., indemnización diaria por hospitalización a causa de enfermedad o accidente, servicio permanente de urgencias a domicilio y, también, pediatría.
De esta manera, los bebés pueden sentirse a salvo y los padres, más tranquilos, al saber que GENERALI vela también por la seguridad de sus pequeños.